Ya hemos visto que estas historietas eran la crónica de un matrimonio español de la época. El era un hombre corriente, normal con problemas de trabajo en la oficina. Su esposa era Doña Benita. Como todo matrimonio buscaba el poder vivir cada vez mejor y con más comodidades. Pero al principio encontramos que esta crónica devenía en crónica de sucesos, pues Don Pío recibía palos a bese de bien, o acababa en la cárcel, o quien sabe qué desgracia morrocotuda le acaecía por cualquier malentendido.En la página de arriba podemos ver como acaba magullado y sin trabajo debido a un malentendido con un mendigo y su jefe, siguiendo el esquema de "puertas que se abren y se cierran" para la confusión. Destacar la presencia de un "vecinito" como llamada de atención al hecho de que a ese matrimonio ya le iba haciendo falta un "Luisito".
En la historieta de dos páginas de abajo se recurre al gag del personaje al que le podrían ocurrir mil desgracias, pero por una circunstancia en particular se va librando de todas por los pelos, ignorando en todo momento lo que tiene alrededor. Es clásico en el cine mudo ver a Harold Lloyd o Buster Keaton mareadísimos por un golpe o sonámbulos, escapar de toda suerte de amenazas por los pelos, poniendo el pié en la viga que sube izada por una grúa justo para poner el pie y no caer al vacío , o pisar la cabeza de un pocero que asoma a tiempo para evitar caer a la alcantarilla. En este caso, encima todo acaba bien para un Don Pío (ya mas parecido al que conocemos de siempre, aunque aquí lleva corbata en lugar de pajarita) que no acaba de creerlo.Y nosotros que nos alegramos por el hombre, ya está bien de desgracias.
En la siguiente historieta vemos como, intentando alternar con aquellas personas que han conseguido lo que ellos desean, visitan a un matrimonio de antiguos amigos que han prosperado. Aquí Don Pío se convierte en una suerte de Peter Sellers, destruyendo cuantos objetos de valor encuentra, para frustración y enojo de su antiguo compañero. Desde la óptica de Don Pío, el dinero se les ha subido a la cabeza a los Perález, y ya no quieren saber nada de los antiguos amigos. Los Perález estarán pensando que en buena hora hicieron el acto de caridad de recibir a tan pobretes conocidos, ya no solo por recordar de donde venían, sino porque estos parecen envidiosos de su fortuna, y pretenden destruirlo todo. La forma de ir metiendo la pata de Don Pío es de lo más clásica, culminando con la destrucción de una obra de arte y arrojando el contenido de una pecera (pez incluido, como no) para enmendar lo que la cadena de catástrofes desatadas ha causado a la señora de la casa (mansión en este caso). Luisito aparece episódicamente, sin protagonismo, más que nada porque se trata de una visita, y no pueden dejarle solo en casa.
Ahora vemos al típico desarrollo de historieta en el trabajo, con un Don Pío bravucón que , a la hora de la verdad, se acobarda. Finalmente se ve que de haber seguido adelante, las cosas le hubieran ido mejor. Don Pío no se lo va a perdonar, pero nosotros sabemos que, en el fondo, si hubiera seguido adelante, no hubiera salido bien parado, ya que se trata de un pobre y desgraciado personaje de historieta de Bruguera. Y en las historietas de la casa, a pocos personajes le salían las cosas bien.
Acabamos por hoy con un par de curiosidades. En la siguiente historieta podemos ver como los vecinos (los sres. de Vinagreta) se aprovechan astutamente del carácter envidioso "si tu tienes, ya también y más, y encima lo ostento" de Doña Benita, quien, como no, recurre a su marido, al que cree un pozo sin fondo (más bien sin fondos), y este amantísimo y complaciente esposo (o como queramos llamarlo...), para complacerla hace lo que sea. Podemos ver el original con las anotaciones para dar color posteriormente, y la página tal cual fue publicada en la contraportada del Pulgarcito nº 1477 en 1959.
Y también una aparición estelar de Gordito Relleno, que como es habitual, con su bondad y bonhomía pretende hacer un favor al matrimonio, saliendo todo al revés de como se pensaban que iba a salir. Y es que hay que tratar mejor a la familia del pueblo...
Don Pío y Gordito ya se encontraron hace años en una historieta del rollizo personaje, siendo en aquella ocasión al revés "el favor". Y desde entonces, esta especie de crossover se han dado de vez en cuando, incluso con personajes de otros dibujantes.
Por cierto, que en la cabecera de esta historieta aparece dibujado un Don Pío obra de algún chimpa. Y es que Peñarroya falleció en 1975, siendo esta versión una reedición después de fallecido el dibujante forcallano, ya que Bruguera siguié publicando y republicando su obra hasta su desaparición, en 1986.
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