El próximo 23 de septiembre da comienzo el otoño, lo que pondrá punto y final a un verano que habrá durado 93 días y 15 horas. De momento aún continuamos inmersos en la que tradicionalmente es la estación más larga del año y la más calurosa, y la que la mayoría de los pobres mortales que tienen la "suerte" de tener un trabajo que les permite llevarse a la boca un poco de comida y a sus casas unas cuantas cosas superfluas, tomamos las vacaciones. Aunque digo mal. Yo no he tomado vacación alguna. En breve, si, y lo mejor será el disfrutar de como la mayoría de mis conciudadanos estarán enfrascados en sus tareas laborales mientras yo por fin puedo descansar de la esclavitud del trabajo (mal) remunerado. No es que esto en particular me haga disfrutar de una manera tan poco altruista. Más bien estoy pensando en la desmasificación de que podré disfrutar.
Y hecha esta tan poco interesante declaración de principios, os dejo con unas portadas de Extras de Verano Bruguerianos:
Esta primera de Raf ilustra muy acertadamente el porqué no me gusta la masificación, por mucho que me guste el mar.La siguiente es del Extra de Verano de Zipi y Zape de 1978.
Nuevamente Raf, Extra de verano del DDT de 1969, en la uqe a pesar del ambiente rural que tiene la portada, podemos observar al fondo un velero surcando el inevitable mar, tan asociado ala época estival por estos lares ibéricos (fuente de ingresos en forma de divisas desde que el Ministerio de Información y Turismo que dirigiera Manuel Fraga Iribarne en épocas más oscuras inventara aquello de "España es diferente").
A esa imagen contribuyó y mucho lo de "Sol y Toros" como podemos ver en esta portada sin firmar de Ibáñez para el DDT Extra de Verano de 1974, protagonizada por otros personajes genuínamente españoles y que también coparon los números ordinarios de dicha revista durante una época en forma de pequeñas historietillas; Pepe Gotera y Otilio.
Siguiendo con el DDT, nos retrotraemos al año 1959, antes del boom turístico, donde por obra y arte de Cifré vemos como los ciudadanos de a pié de la época trataban de combatir los rigores estivales.
Y acabamos el portadismo con un Tio Vivo extraordinario dedicado a "Esas Playas" dibujado por Enrich en 1959 (Por entonces era el director artístico y estaba editado por DER-Dibujantes Españoles Reunidos).
De Enrich era El Caco Bonifacio, del que vemos unos ejemplos playeros. Si todos los cacos siguieran su ejemplo, la gente se iría más tranquila de vacaciones...
El buen Blas Sanchís nos daba a conocer cómo veraneaba la gente que nos deleitaba en Bruguera en el DDT Extra de Verano de 1959 (Si, el mismo de la portada de Cifré que he puesto más arriba).
En ese mismo número, Escobar nos daba su visión de como era el veraneo en la prehistoria.
Y Cifré nos ofrecía una visión más futurista...
Mientras, Jorge nos hacía llegar una mas de sus innúmeras páginas de chistes, esta vez con el calor como tema...
... aparte de su visión acerca de esa peculiar "historia del veraneo". Esta misma sería reaprovechada 15 años mas tarde en el Extra de Verano del DDT de 1974 ya en color, y os las pongo por si quereis hallar las diferencias en el texto.
También tenía hueco en estors extras los tebeos de Bruguera que no eran de Bruguera, de los que hemos visto en este blojjj a Barón, El Gato Pardo y el Mayordomo Abelardo...
... publicado en el Extra de Verano de Din Dan en 1971, y Billy Bunter, o sea, Guillermito y su voraz apetito, ambas de Reg Parlett y publicada esta última en el extra de Verano de Zipi y Zape en 1978.
Como podeis ver, tampoco las historietas compradas a agencias (a I.P.C. en este caso), se libraban de los cartelitos de continuidad para unir historietas. En el mismo Extra de Zipi y Zape salía una historieta de Copito, Cubitus, etc, etc...
... y también unos chistes temáticos haciendo referencia al estío de Ibañez.
Como vereis, el de La Pesca es de la época de las orejas en espiral y las narices enormes y picudas. El la parte superior izquierda vemos uno de Vázquez, por estilo más actual respecto a la publicaión que los de Ibáñez. También era una reedición la página de la Natación, de la época de las orejas en espiral con principios de influencias franco-belgas, posterior al de la Pesca.Y ya que hablamos de influencias fanco.belgas, terminamos por hoy con una historieta de El Botones Sacarino, publicada en el Extra de Verano de DDT en 1969. Feliz fin de verano!!
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Las Profesiones en Bruguera: Una banda de delincuentes (1)
Muchos de los personajes que nos ofrecían semanalmente y a mansalva los galeotes que dibujaban para Bruguera eran profesionales, más o menos competentes, de algún sector de la sociedad. Sin ahondar demasiado estarían Pepe Gotera y Otilio en el sector de la chaouza, Flash como fotógrafo, Mortadelo y Filemón como agentes secretos, Pepe Barrena como piloto aéreo, Superlópez/Juan como superhéroe/oficinista, Sacarino como botones, Tribulete como reportero, Cataplasma en la medicina y Tragacanto en la enseñanza, Petra en el servicio doméstico, Segis y Olivio son traperos y Manolón conduce un camión. Y estaban los múltiples oficinistas y/o chupatintas y los tipos sin oficio ni beneficio.
Pero había un sector, cuyas actividades se desarrollaban ligeramente al margen de la vida cotidiana, en el submundo de la delincuencia y el latrocinio. Siendo personajes de Bruguera, no podían por menos que resultar también unos fracasados en ese sector. Voy a tratar de ofrecer una pequeña semblanza de los que recuerdo, de esos personajes que eran:
En la mitología griega, Caco, hijo de Hefesto, era un gigante mitad hombre y mitad sátiro que vomitaba torbellinos de llamas y humo. Vivía en una cueva del monte Aventino en el Lacio (actualmente Roma), en cuya puerta siempre colgaban, para horror de los habitantes del lugar, las cabezas sangrantes de los humanos que devoraba.
Según la Eneida, Heracles condujo los rebaños de bueyes de Gerión tras haber derrotado a éste hasta las orillas del Tíber, cerca de la morada de Caco. Mientras pastaban, Heracles se durmió y Caco se encaprichó del ganado, robando cuatro parejas de bueyes que condujo a su cueva arrastrándolos de espaldas por el rabo, de forma que no dejaran huellas (Otra versión cuenta que Caco hizo caminar de espaldas a las reses para no dejar nuevas huellas.). Cuando Heracles despertó y se dio cuenta de que le faltaban cabezas, se enfadó de lo lindo. Descubrió el escondrijo debido a que las reses robadas y las que restaban comenzaron a llamarse mediante mugidos lastimeros, por lo que el forzudo héroe se encaminó hacie el origen de los mugidos, resultando ser este la cueva de Caco. Caco se asustó sobremanea, pues Heracles era bastante bruto y se defendió con sus fuegos y humos, pero Heracles ganó la batalla y de un cachiporrazo eliminó al gigante/sátiro de el mundo de los vivos.
La figura y hazañas de este dios se fueron simplificando en la tradición culta. Así, en el Siglo de Oro se le tomaba casi como patrón de los ladrones: en La Gitanilla se llaman el hurto y sus triquiñuelas «la ciencia de Caco» y de él decía Covarrubias que «siendo ladrón famoso hacía grandes estragos de robos, muertes e incendios».
Por ello en la actualidad «caco» se ha convertido sencillamente en sinónimo de ‘ladrón’.
Caco en Barcelona, en el Passeig de Sant Joan, con porra y saco. |
Para distinguir a un genuino caco del tebeo, esta ha de ir ataviado como tal, pues se trata de un profesional que cumple con sus estándares a rajatabla. Ha de llevar, pues, gorra, antifaz y camiseta a rayas horizontales. Uno de los más reconocibles elementos de este submundo fue El Caco Bonifacio, nacido de la mano y el lápiz de Enrich. Este era el seudónimo que utilizaba Enric De Manuel González (Venissieux, Francia, 1930), uno de los últimos supervivientes de la afamada plantilla de Tío Vivo constituida por un grupo de dibujantes que rompieron con Bruguera en 1957 para fundar su propia revista. Aquel sensacional y rompedor "semanario de humor para mayores", editado por el sello DER (Dibujantes Españoles Reunidos) y comandado por Cifré, Escobar, Peñarroya, Conti, Giner, Pañella y Enrich , fascinó a los aficionados de entonces con un humor original, adulto y bastante atrevido para la época. Precisamente durante esa aventura Enrich creó su personaje más popular, Bonifacio, un caco que a pesar de sus desmanes delincuenciales es bonachón y cándido, y suele ser burlado por los demás, incluidas sus propias víctimas. Alto y llamativamente cabezón, con prominente barbilla que recuerda vagamente a Popeye si sustituimos la pipa del marino por una sempiterna colilla, lleva el uniforme de su "oficio": gorra, antifaz y pañuelo anudado al cuello.
“El Caco Bonifacio -dijo Enrich a Perich en DDT- me gustaba mucho, tenía algo de mí mismo y lo dibujaba con un cariño tremendo. Creo que a lo largo de los años, el dibujante y su personaje acaban teniendo una personalidad semejante".
Boni no nació en forma de historieta, sino en una serie de un chistes en la contraportada de la revista, hasta 1960, año en que, sin dejar sus chistes, su éxito hizo que llegase a tener serie y página propias. Al poco tiempo Enrich le proporcionó un compañero: Pancracio, más avezado, pero que siempre acababa cediendo ante la bondad de Bonifacio. Cuando el semanario Tío Vivo fue adquirido por Editorial Bruguera, El caco Bonifacio continuó publicándose, y permaneció en sus páginas hasta que en 1966 fue sustituido por otro personaje de Enrich, El conserje Toribio. ¿Qué había ocurrido?
Pues lo que ya he comentado en más de una ocasión en este vuestro blojjj. Un caco, por bonachón que fuera, no era un buen ejemplo para los niños, que debían ser protegidos a toda costa de perniciosas influencias como la de este maléfico personaje. Era un ladrón, y un ladrón no es bueno, ni ha de ser imitado.
Como curiosidad, decir que en todo momento Enrich iba de la mano del genial Cifré, ya que les unía un lazo familiar; eran cuñados. Enrich se hizo cargo durante una época de El Reporter Tribulete al fallecer Cifré. También dibujó a Doña Urraca, pero en este caso fue un encargo a un dibujante de plantilla. Y es que a pesar de la popularidad de Bonifacio, y tener en su haber una gran plantilla de personajes, el estilo de Enrich, aunque correcto, era bastante impersonal, le faltaba ese “algo” de los grandes. Y encima era un pelín chimpa…
Enrich dibujó otra serie de historietas en las que un caco era coprotagonista; la otra parte de la ecuación era un policía, ataviado como un agente de los Keystone Cops. La serie era Ganzúo y Pesquisón, en la que Ganzúo, más avezado que su rival (y más listo que su antepasado Bonifacio), le burlaba de mil maneras, mientras que se conertía en la obsesiñon de Pesquisón, que debido a su sobrepeso nunca podía atraparle por medio de la persecución.
En Oviedo, Asturias, nació en 1945 Manuel Adolfo García Fernández. Allí es muy conocido, por sus muchas colaboraciones en La Nueva España y los álbumes de “Aventures de Xuanón”, además de haber publicado historias basadas en la mitología astur, como San Juanín de la lumbre, el Cuélebre, el Diañu Burlón, les Xanes, la noche de San Juan, de la noche de los druidas,etc. También es muy popular La Vaca Venancia, encargada por una marca de chocolates. También dibujó la Historia de Don Pelayo en La Voz de Asturias.
En 1971 comienza su colaboración con Bruguera. "Un día preparé una página para Bruguera y la envié a Barcelona directamente, o tuve mucha suerte, o necesitaban nueva gente para adaptarla a su estilo, ya que estaban demasiado viejos los de siempre. Recibí un telegrama para que me presentara en Barcelona y ... bien, así comencé mi colaboración con Bruguera y el personaje Pepe Murciélago". Se publicó por vez primera en Din Dan, pasando posteriormente por casi todas las publicaciones de la casa, bien en forma de nuevas historietas, o como una más de aquellas sempiternas reediciones, a lo largo de los 10 años aproximadamente que siguió funcionando la editorial. También dibujó para Bruguera al personaje Maratón.
Pepe Murciélago es uno más de los centenares de personajes que pasaron discretamente por las páginas de aquellos tebeos. Se trataba de un ladronzuelo de poca monta, bastante incapacitado para el desarrollo correcto de su profesión, que se metía en líos con una facilidad pasmosa. Aunque este personaje, que se dibujó durante una década, sufrió metamorfosis acordes con la evolución gráfica de su dibujante, su imagen más característica le retrata con el uniforme completo de caco, camiseta de rayas horizontales amarillas y negras y antifaz incluidos. Tiene un socio, más pequeñín, llamado Teófilo, igual de incompetente que él, con gorra a cuadros y jersey de cuello vuelto. De vez en cuando se asocia con otros facinerosos de los bajos fondos, especialmente con la banda de Al Pepone. Su némesis, como no podía ser de otra manera, es la Policía, representada en este caso por Palomino.
En 1948, Josep Escobar i Saliente (Barcelona, 22 de octubre de 1908 - 31 de marzo de 1994) creó para la revista Pulgarcito a los gemelos más famosos e internacionales del tebeo español, los hermanos Zipi y Zape, la segunda historieta española más traducida después de "Mortadelo y Filemón".
Entre los muchísimos secundarios que adornaron las travesuras y peripecias de los hermanos Zapatilla se encontraba uno de sus adversarios: El Manitas de Uranio. El Manitas (antes "Manitas de oro" y anteriormente "Manitas de petróleo”) es un caco que suele robar por casas y comercios del barrio. Ha sido apresado muchas veces pero siempre logra encontrar la manera de escapar. No escarmienta y suele ir muchas veces a robar a casa de Zipi y Zape desbaratando estos siempre sus planes y entregándolo al otro gran enemigo del caco, Don Ángel, el gendarme afrancesado (“acensurado” , como diría Escobar). Tenía un hijo llamado Cacotín, compañeros de clase de Zipi y Zape. En algunas historietas antiguas también se le llamaba El granitos entre otros nombres. El manitas era el caco oficial del barrio, pero Zipi y Zape contribuyeron al arresto de otros delincuentes. Ya se verá algún día por aquí…
Hacemos ahora una parada en la dirección más famosa del tebeo en España, el nº 13 de la Rue del Percebe, nos disponemos a subir a la tercera planta, izquierda. Allí habita otro caco de cuyas andanzas sólo conocemos el desenlace final. Suele cometer robos de objetos imposibles o insólitos, desde una nube a un paracaídas o un tiburón o un podio olímpico; también puede llevarse el trabajo a casa e incluso a la víctima del robo incluida, como cuando trató de robar al agarradísimo tendero de su propio edificio o una bicicleta con ciclista incluido, tal es su afán rateril. En ocasiones entra en su casa con el objeto sustraído mientras el acto del despojo es anunciado por la radio, como cuando roba el bombo de la Lotería, o lo que ha robado no era tan bueno como pensaba, robándole un maletín a un terrorista o un coche sin frenos. Asimismo, pese a lo que pudiera parecer por lo ya contado, este caco comente errores de vez en cuando, llevándose a un policía además de lo robado, o el objeto pretendido está fuera de su alcance, como cuando encuentra cepos en bolsillos tentadores.
Su aspecto es el tradicional de los cacos, con camiseta a rayas gorra y antifaz. Se llama Ceferino Raffles (guiño al ladrón de guante blanco creado por E. W. Hornung en 1899) y vive con su esposa, una especie de mujer fatal venida a menos, rubia y con un ajustado vestido negro, que es quien le cuida cuando comete errores o está en dificultades por los resultados de sus hurto, o le recrimina la inutilidad de lo sustraído, así como presume de lo buen profesional que es cuando se tercia.
Os dejo disfrutar de esta selección de las páginas enteras, al tiempo que amenazo con un…
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