Las películas con sorpresa final, o dicho de otra manera, giro argumental inesperado, suelen tener un problema; cuándo ya la has visto, no la vuelves a ver igual, porque a ese tipo de películas, más que a ningún otro tipo, les ocurre lo que llamaremos el efecto ya la he visto. Por ejemplo, The Game o El Sexto Sentido.
Hay excepciones, grandes películas que superan ese efecto. Para mi gusto y particular opinión, podrían ser por ejemplo, La Huella (Sleuth) o Sospechosos habituales.
Luego están las que se piensan los que la han hecho que va a pasar como poco como con las dos primeros ejemplos. Y no. Señores, no pasa.
La segunda película que ocupó un tiempo demasiado largo de mi existencia, por corta que esta fuera (la película, mi existencia de momento va sumando días), fue “El Turista”. Otra vez Johnny Deep, pero esta vez cagándola a fondo en compañía de una Angelina Jolie que, de mala que es la película, ni me pareció guapa ni nada la jodía. Previsible hasta más no poder, con una banda sonora estridente… Así que no voy a perder más tiempo comentándola.
¡Tened cuidado con ella!
Aunque para gustos…