En la revista DDT, durante una temporada, y aprovechando el espacio que quedaba para dar las soluciones al crucigrama (¿O era al revés? bueno, había que rellenar espacios, poner publicidad, rescatar alguna tira de chistes...) alguien aficionado a los coches ponía fotos y hablaba de las características de modelazos de superlujo (Para la época, y ahora también) como si se tratara del País Dominical, pues el poder adquisitivo de un niño corriente (y el de su padre) no alcanzaría nunca a adquirir siquiera una rueda de estos pedazo de automóviles. DDT, la revista que quería hacernos soñar...
Bueno, no todos eran cochazos... |
Bruguera sorteaba también de vez en cuando estos bólidos. No, no los de arriba, estos:
Afortunadamente, su conciencia social hacía que nos recomendaran prudencia al volante (no, a los niños no, a los padres, a los niños para que se nos quedara impreso para el futuro. Qué poco caso les hicieron algunos!)
Pero si el del padre no era un juguete, estos si:
Y este también, pero está sacado de un tebeo americano (un Johan Hex), por lo que no tuvimos la oportunidad de envidiarles... en aquellos momentos.
En fin, acabemos con un juego...
Y un anuncio antiquísimo del mismísimo Dalí!
Y recuerda lo que decía Stevie Wonder, si bebes, no conduzcas! (Y tampoco si tienes visibilidad drásticamente reducida, añado).
Te voy a dar yo visibilidad drásticamente reducida, muxhaxho. Desde luego, por estética me quedo con el Wartburg, con el Simca 1000 y, sobre todo, con el 124. Por cierto, que el 124 mostrado es de la primera serie (fíjate en la ausencia de rejilla tras la ventanilla trasera y la calandra del frontal ligeramente distinta, entre otros detalles. La revista debe de ser anterior a 1971.
ResponderEliminarMuxhaxho, Roberto el mío condujo un Wartburg y yo padecí ese vehículo de cuatro ruedas con motor de dos tiempos... Aunque la verdad es que estéticamente llamaba la atención, pues todo el mundo se quedaba embobado mirándolo y preguntándose de dónde habría salido ese cacharro!
ResponderEliminarNosotros decíamos que era un modelo de BMW de la RDA, y que era el que utilizaba la Stasi. No andábamos tan desencaminados, pues según esto que copio u pego del Internés ese, después de la guerra (La segunda y Mundial), la fábrica de BMW de Eisenach estaba ocupada por el ejército soviético, pero su producción continuó bajo el mismo nombre de marca de la fábrica bávara (incluido el modelo de lujo 340 de seis cilindros).
En el 1952, las protestas de BMW por el uso abusivo de su nombre, provocó la creación de la marca de fábrica EMW (la "E" significaba Eisenach). Con esa marca tan solo se fabricaron modelos de preguerra de BMW.
Finalmente, en 1956, se abandonó la producción de los viejos BMW/EMW (incluido el DKW F8/F9, producido previamente también por Trabant), y apareció una nueva marca de fábrica para los coches de Eisenach. Esa marca era Wartburg.(Como el famoso castillo de allí).
El modelo de Roberto E.M., heredado de su padre, era un Wartburg 353 Tourist de 1984. Aunque no tengo ni idea de si lo utilizó la Stasi, si que lo utilizaba por aquella época, antes de la caída del Muro de Pink Floyd, digooo, de Berlín, la policía de la Alemania del Este.
Respecto a el año de publicación de la 124 lo ignoro, aunque sí que es anterior a 1971. La del Simca 1000 es de un Tio Vivo de 1969.
ResponderEliminarYo sólo había dicho ESTÉTICAMENTE, pero bué. En todo caso, es lebe Thüringen! Es lebe J.S. Bach! Y tengo algún vago atisbo de recuerdo de haber escuchádote algo en su día sobre el cacharro de R.E.T. (¿o todavía era de su padre?, esto último es más probable), aunque sin conocer en absoluto su nación turingense y menos aún su lejana ascendencia bávara. Por esa época, si ya debía de ser harto limitada mi idea de lo que es Baviera, Turingia debía de sonarme a algo así como el reino de Florin (que tampoco me sonaba nada, ni falta que me hacía).
ResponderEliminarBueno, en 1984 todavía faltaban 3 años para el rodaje de La Princesa Prometida, que casi nadie vió en el cine aunque luego se ha convertido en los que se suele llamar una película de culto, pero la novela es de 1973. Nadie la conocía en España, pués creo que no se editó hasta el estreno, limitadísimo, del filme (aquí la recuerdo en lo que ahora es un teatro, El Arlequín, donde vi ET). Yo no vi la película hasta que se pasó por TV, y el libro, en edición para El Círculo de Lectores, lo leí bien entrados los 90.
ResponderEliminarErgo, yo tampoco sabía nada del Reino de Florin en aquella época, y aunque tampoco lo veo necesario, creo que no ocupa lugar.
Es que a saber de qué época exactamente estamos hablando, si se le puede llamar hablar a esto. Porque me temo que en 1984 R.E.T., lo que es conducir, no conducía nada como no fuera la electricidad metiendo los dedos en un enchufe (aunque ya estaba algo talludito para eso).
ResponderEliminarLa verdad es que hasta creo recordar haber visto el coche del padre de R.E.T. Te recuerdo que en (al menos) una ocasión visité en tu compañía su domicilio familiar.
La época es aquella en la que apareció aquel Wartburg recién salido de fábrica, o sea, 1984, cuando aún faltaban dos años para que R.E.M. condujera legalmente cualquier tipo de vehículo a motor (no, no tenía carnet de ciclomotor). No te recuerdo en aquel domicilio, aunque su Domus Familiaris por excelencia fué el cuchitril antuiquísimo de Francisco Silvela.
ResponderEliminarLas aventuras Wartburguianas comenzaron en 1989.