"Estos son tiempos oscuros, no se puede negar. Tal vez nuestro mundo jamás se haya enfrentado a una amenaza mayor que en la actualidad." - Rufus Scrimgeour, Ministro de la Magia
ARGUMENTO (más o menos): El poder de Voldemort es cada vez más fuerte. Ahora tiene el control sobre el Ministerio de Magia y Hogwarts. Harry, Ron y Hermione deciden terminar el trabajo de Dumbledore y encontrar el resto de los Horrocruxes para derrotar al Señor Oscuro. Pero queda poca esperanza para el trío y el resto del mundo mágico, así que todo lo que hacen debe ir según lo previsto…
Título: Harry Potter y las reliquias de la muerte I
Harry Potter and the Deathly Hallows: Part I
Inglaterra / EE.UU.
2010
146 min
Harry Potter and the Deathly Hallows: Part I
Inglaterra / EE.UU.
2010
146 min
Director: David Yates
Guión: Steve Kloves, basado en la novela "Harry Potter y las reliquias de la muerte" de J.K. Rowling
Intérpretes: Daniel Radcliffe, Emma Watson, Rupert Grint, Ralph Fiennes, Helena Bonham Carter, Alan Rickman, Rhys Ifans, Bill Nighy
Música: Alexandre Desplat
Fotografía: Eduardo Serra
Montaje: Mark Day
Hablar de una película como esta se me hace muy difícil, pero no por la profundidad de su argumento, el calado de lo que cuenta, la magnificencia de su técnica cinematográfica ni demás zarandajas. Simplemente es porque se trata de un fenómeno con implicaciones frikis, y yo soy uno de ellos (y a mucha honra), por lo que cualquier cosa que dijera se podría interpretar erróneamente. Aclaro de antemano que no soy un “friki” de Harry Potter, por lo que lo dicho no sería de aplicación a esta película. Cuando me preguntaron qué me parecía la última película de Star Trek, serie de la que si soy friki (en este caso se nos llama trekkies o trekkers, y hay diferencias entre ambas denominaciones, todo un rollo patatero), mi respuesta fue: No puedo opinar, porque me entusiasman aunque sean pésimas. En el caso de las de saga de Crepúsculo, mi respuesta es similar: No puedo opinar, porque me asquean aunque sean óptimas…
En este caso podría opinar, pues por lo general mantengo una opinión más distanciada y objetiva, aunque siempre dentro de la subjetividad que toda opinión comporta. El hecho de que se pueda enmarcar dentro del género de la Fantasía suma más a favor de la película, pues soy fan del género, aunque también en contra, pues como lo marchite, la película está perdida para mi causa. En el caso de Harry Potter nos encontramos frente a un fenómeno de masas, y para colmo, es objeto de culto desde que salió el primer libro en 1997 (parece mentira, ya ha llovido desde entonces!). Esto significa que es adorada y odiada (la saga, no la peli), por lo que cualquier cosa mala que diga podría ser atacada con saña. Me dirijo entonces a mis lectores (El Muxhaxho, algún amigo –aparte de El Muxhaxho-y un par de despistados que se han topado con las fotos de las chicas de Tron, pillastres) diciéndoles lo siguiente: si te gusta la saga, te gustará esta peli, si no te gusta, no, y si te da igual, pues eso mismo.
Eso sí, cuidadín para el despistado que no lo sepa: ¿Qué tiene en común esta película con Regreso al futuro 2, El Imperio Contraataca, Matrix 2, Las Dos Torres…? Que no acaba. Que te quedas con la miel (o la hiel) en los labios. Así que la heptalogía de JK Rowling se convierte, como por arte de magia, en una octología. Que la Warner está viendo que se les acaba la gallina de los huevos de oro, vamos, y hay que estirar todo lo posible la cosa. El productor, David Heyman, declara que las razones de esta división no responden a objetivos comerciales sino a cuestiones de complejidad argumental. Y yo me lo estoy creyendo, descuide Mr. Heyman…Hey!, Man… Come on!
La película está dirigida por alguien, pero da igual. Es un producto que ya sale manufacturado por una cadena de montaje, totalmente de estudio, donde cada uno de los que intervienen en su elaboración están bien engrasados y funcionan como una buena maquinaria. La película tiene n comienzo fulgurante pero se va diluyendo y acaba teniendo lagunas de esas que podríamos definir como ratos muertos o partes coñazo. Si hacemos caso al señor productor, la complejidad argumental para la que necesitan dos películas donde en otras ocasiones les ha bastado con una (eso sí, larguísima(s)) no está bien resuelta. Pero cuando está bien, está bien, y la factura técnica es impecable, como no podía ser de otra manera. Arriba he puesto los créditos, bonita costumbre que voy a adoptar…creo. El director podeis ver que es David Yates, quien dirigió "La Orden del Fénix" y "El Príncipe Mastizo", y también dirige los dos últimos capítulos (Este y el que vendrá). Lo hace de manera honesta, estilo directo, sin manierismos. Yates y director de fotografía, Eduardo Serra crean una sensación de soledad en la película. Podemos ver a todos los personajes adultos, de Hagrid a Snape a Bellatrix o los Malfoy, pero cada uno de ellos aparecen sólo por un momento o dos, sin apenas intervención. Esta primera mitad del último libro tiene que ver con Harry, Hermione y Ron, su empresa y sus relaciones personales cada vez más complicadas.
La escena de apertura con los Mortífagos es más bien sombría. La secuencia de escape con los dobles de Harry es vivificante. Y la secuencia en el Ministerio de la Magia tiene la dosis justa de suspense. Luego viene una larga serie de escenas en los bosques y las montañas y en la tienda de campaña que parecen no terminar nunca...
Y otra cosa para terminar. Si es esta la primera película de Harry Potter que vas a ver y no te has leído los libros… ¡Detente insensato! ¡No lo hagas! No te vas a enterar de nada, porque es necesario haber seguido la saga para poder enterarse, no puede ser vista independientemente.
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