Las historietas de Bruguera que no eran de Bruguera: Reg Parlett (2)


Durante los años 70 y primeros 80, los lectores de Zipi y Zape conocieron en España un clásico personaje de la cultura británica, sin tener conciencia de cuán importante era por aquellos pagos. Mientras que allí es toda una institución, aquí nos limitamos a recordarle con cariño, quienes le recordamos y a quienes les gustaba.
Es un clásico de la literatura juvenil inglesa el género de internados (Nada que ver con esa serie de tv autóctona de la cual no tengo el gusto y me suena por referencias). Este género tiene sus representaciones más conocidas en nuestro país en las sagas de Enid Blyton (la de Los Cinco y Los siete secretos que publicara hace  años la Editorial Juventud) de Torres de Malory y Las Gemelas de Santa Clara,  llegando a la más exitosa saga a nivel mundial, la de Harry Potter. Pues bien, parece ser que J K Rowling bebió de estas fuentes entre otras aguas para la confección de su exitosísima saga.
A finales de la década de 1890, el escritor Charles Hamilton llevó a la editorial Amalgamated Press una historia que transcurría en un internado inglés, con su educación estricta en todos los sentidos, incluido el racionamiento de  alimentos “para forjar el carácter”. Un grupo de alumnos hacían de las suyas en el colegio Greyfriars, con ciertos toques humorísticos. El manuscrito acabó en el fondo de un cajón, ignorado hasta que fue redescubierto en 1908 por el editor de The Magnet, revista de relatos juveniles de Amalgamated, donde se publicó inicialmente y así casi ininterrumpidamente hasta 1940. De los 1683 números de la revista en esos 32 años, las historias de los internos de Greyfriars se publicaron en 1670.
Pronto destacó uno de los personajes entre aquel alumnado. Hamilton, que escribía aquellas historias con el pseudónimo Frank Richards, se basó para crear aquel personaje en un editor bastante corpulento, un familiar corto de vista y otro que estaba continuamente pegando sablazos a familiares y amigos, garantizándoles su pronta devolución tras la recepción de un imaginario giro postal que nunca acababa de llegar. Le llamó William George Bunter, y pronto se hizo con el papel principal de la serie, que cambió su nombre a Billy Bunter´s Greyfriars, alcanzando una popularidad extraordinaria en todos los países de la Commonwealth (Y alguno más, como ya veremos). Parece ser que tomó el apellido de una especie de medicina popular en la época, llamada Bunter's Nervine Tonic. La ficticia escuela de Greyfriars donde se desarrollan las peripedias de Billy Bunter se encontraría en el condado de Kent, hogar también de su creador.
Aquí en España, a través de las páginas de Bruguera (Casi exclusivamente la revista Zipi y Zape, si nadie me indica lo contrario), le conocimos con el título formando un ripio, como era marca de la casa:

 
Guillermito (o Billy Bunter) no era una figura importante al principio. Sin embargo, Hamilton se dio cuenta del potencial cómico del personaje y lo convirtió en el centro de muchas de las historias. A medida que su importancia fue creciendo, también lo hizo su astucia. Además de historias ambientadas en Greyfriars, sus aventuras también incluyen una serie de múltiples viajes: a China, India, Egipto, África subsahariana, Brasil, Hollywood, y los Mares del Sur.
Primer nº de The Magnet

Billy cobra protagonismo

Empieza a ser el protagonista absoluto


Varios números de The Magnet

Algunas historias que había visto originalmente publicación en The Magnet, aparecieron a mediados de la década de 1960, y en fecha tan tardía como 1972. Además, la mayoría de las 1.683 publicaciones en The Magnet se reimprimieron en forma de tapa dura por la editorial W Howard Baker, entre 1969 y 1990.




Ilustraciones para los relatos de Billie Bunter

Su voraz apetito

Tras el cierre de The Magnet en 1940, debido  a una combinación de bajas ventas, la escasez de papel –por la Segunda Guerra Mundial- y la aparición de los cómics, Hamilton tuvo poco trabajo, pero llegó a ser conocido como el autor de las historias Greyfriars a raíz de una entrevista que concedió a la London Evening Standard. A pesar de que había escrito miles de historias publicadas entre 1900 y 1940 por la Editorial de Amalgamated, había escrito en docenas de seudónimos: así que él mismo era bastante desconocido antes de la aparición del artículo del periódico. Ni siquiera era conocido, hasta entonces, que todas las historias escritas bajo los pseudónimos fueron en su mayor parte todo el trabajo de un solo hombre. No olvidemos que trabajaba bajo el pseudónimo Frank Richards.  

Novela en tapa dura



Ilustraciones de Chapman
La primera recopilación


Los viajes de Billie Bunter

Siempre el hazmerreir

La última novela de Billie

En aquella publicación se daba el fenómeno chimpa, a nivel literario. Lo que el mundo conoce como negros. Lo que ocurría es que estos negros lo eran de gente que trabajaba bajo pseudónimo, y que tampoco poseía los derechos de lo que escribían. En el caso de Hamilton, como ya hemos indicado, escribió bajo varios sobrenombres y tuvo hasta 25 “negros”; sin ir más lejos, también escribió para The School Friend (posteriormente The Schoolgirl),revista  también de Amalgamated Press(532 números) las historias de un internado femenino, cercano a Greyfriars, llamado Cliff House, donde estudiaba Bessie Bunter, hermana de Billy Bunter. Hamilton escribió estas historias firmando como Hilda Richards. Y a Bessie la conocieron en España las lectoras de Lily como  

 
Fina era alumna de la escuela El Remanso, y traía por la calle de la amargura a su directora, la Srta. Thiesa. Al principio de su, Bessie fue dibujada por G.M Dodshon, y posteriormente T.E. Laidler la trasformaría y la haría perder unos kilos. Sin embargo, la Fina/Bessie que recordamos de los tebeos de los setenta se debe a la pluma de Reg Parlett.

Fina, por Reg Parlett en Liyi
Bessie en The School Friend

Bessie también se recopiló en libros de tapa dura

Bessir por Dodshon
Bessie de Reg Parlett
 
Hamilton no pudo continuar la saga Greyfriars inmediatamente, ya que la  Amalgamated reclamó la propiedad de los derechos de los nombres Greyfriars y Bunter (e incluso comenzó a publicar una tira cómica de larga duración con Billy Bunter). Sin embargo, en 1946, la Amalgameted Press cedió,  y Hamilton obtuvo un contrato de Charles Skilton Editors para una serie de novelas de tapa dura. La primera, Billy Bunter de Greyfriars School, fue publicada en septiembre de 1947. Comenzó una serie que continuó durante el resto de la vida de Hamilton. En la década de 1950 las novelas iniciales fueron reeditadas por Cassells, quien se hizo cargo de la publicación de la serie hasta 1967.


Plano de situación de Greyfriars






Varias Ilustraciones de Hamilton
 
Tal fue la popularidad del personaje, que acabo teniendo vida en la televisión. Bunter fue interpretado por Gerald Campion en una serie de la BBC. 40 episodios de media hora se emitieron entre 1952 y 1961, y hubo además tres especiales de televisión. El programa de televisión se centra totalmente en Bunter, con los otros personajes jugando un papel secundario. Todos los guiones de televisión fueron escritos por Charles Hamilton. La música del programa fue de Ralph Vaughan Williams. Muy pocos de estos episodios han llegado a la actualidad, ya que se emitían en vivo, y entonces ni se había inventado el vídeo, así que los que se pueden ver hoy en día provienen de filmaciones sobre un monitor de TV.


Gerald Campion
Otra escena; debajo, un fragmento de la serie de TV

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Dos relatos leídos, en cassette

Aparte de en televisión, Bunter también fue publicado en forma de cómic, que es por lo que le conocemos en España. El 15 de junio de 1940, apareció en la revista Knockout (también de Amalgamated). El antaño ilustrador de las novelas de Greyfriars, C.H. Chapman,  fue el primer dibujante de las tiras. Tras encargarse de 9 tiras, fue reemplazado por varios artistas, hasta la llegada de Frank Minnit. Minnit desarrolló un sonriente y animoso Bunter, que al principio siguió el estilo de Chapman, para luego ir adquiriendo un estilo propio, haciendo las historias más cercanas al slapstick. Hizo difuminarse al resto de los niños del colegio, haciéndoles tomar un papel de figurantes, y creó a Jones, una contrapartida de Bunter que reunía las facultades de que el orondo personaje carecía. También conservó al director, Quelch, aunque le hizo perder su dignidad y altivez, convirtiéndole en  la némesis de Bunter.
Minnit continuó produciendo la tira hasta su muerte en 1958. Reginald  Parlett se hizo cargo hasta que dejó de publicarse en el año 1961 cuando la serie pasó a la revista Valiant y de ahí a TV Comic hasta 1984, además de aparecer en diversos anuales, y son estas las historias que conocemos en España. La tira cómica también fue dibujada por Hutton Mitchell, Arthur Martin y A.T. Pease.
Tira de Billy Bunter
Billy Bunter por Reg Parlett
Bunter por Frank Minnit

Dos tiras originales

Un Minnit original


Bunter por Reg Parlett
Dibujo promocional

Original de Minnit

Otro original
Originales de Parlett

Dos originales de Parlett

Otro Bunter de Minnit

El país fuera del ámbito de la Commonwealth donde consiguió más éxito fue Holanda. Desde 1955, se publicaron en Holanda, tiras cómicas de Bunter, en la revista Sjors, rebautizado como "Billie Turf". Bunter se convirtió así en uno de los personajes fijos de la revista, y continuó apareciendo hasta el finales del siglo XX.  Se han publicado infinidad de álbumes recopilatorios de "Billie Turf" desde 1963 hasta la actualidad. Incluso se rodaron tres películas realizaron entre 1978 y 1983.

 
Comic Book de Billie Turf

Cartel de una de las películas


Dos Albums recopilatorios

Billie Turf en Holandés

Un fotograma de una de las películas holandesas

Portada de Sjors con Billie Turf

Bunter es esencialmente un anti-héroe del cómic, cuyas acciones subvierten el ambiente rígido de los internados. Sus características físicas principales son la obesidad (pesa alrededor de 200 libras de peso;  en momentos en que muchas personas no tenían lo suficiente para comer, era mucho, además de tratarse de un niño), y la miopía que corrige con unas enormes gafas que le achican los ojos y le dan aspeco de lechuza .Bunter  es deshonesto, codicioso, patológicamente egocéntrico, snob, vanidoso, perezoso, cobarde, mezquino… Sin embargo logra la simpatía lector por  su desfachatez y por su persistencia a pesar del fracaso inevitable de sus planes que le suele conllevar un castigo, sea en forma de patadas por parte de sus compañeros, o bastonazos por parte del director.
Reg Parlett, edición española en Zipi y Zape, a través de la distribuidora IPC

Varias historias conforman una sola para un especial de Zipi y Zape, mediante carteles de continuidad inventados
 
Su único talento consiste en ser un experto ventrílocuo, capaz de imitar cualquier voz que parezca venga desde cualquier lugar. Esta habilidad poco probable a menudo forma parte de sus planes de engaño. También suele tomar prestada ropa para disfrazarse,  arruinándola a causa de su tamaño.
Se le permite gastar muy poco dinero de la asignación, por parte de su padre por lo que está continuamente intentando conseguir  un anticipo a cuenta del legendario giro postal que siempre dice estar esperando. Debido a su apetito insaciable, su vida en Greyfriars se basa en la elaboración de planes de sustracción de alimentos. Tampoco tiene ningún interés en cualquier otra cosa, sobre todo en las tareas de clase o el deporte.


Mas Guillermito en Zipi y Zape

Su discurso se caracteriza por una serie de frases recurrentes. Estos incluyen su línea de apertura invariable, "Yo digo que los becarios", su respuesta a las críticas: "Oh, realmente Wharton" (o con quien esté hablando), su risa característica, y su exclamación de dolor "Yarooh "(que es Hooray –Hurra-deletreado al revés). Esto lo hemos perdido con la traducción el castellano.
 


Trucos, búsqueda de comida...bastonazos

Para hacernos una idea de la popularidad de Bunter en el mundo británico, existe un museo en Maidstone (Kent) dedicado a su trabajo, una colección privada que es posible visitar bajo cita previa, y hay otro museo en Kingsgate Castle. George Orwell lo describió como "... una verdadera creación. Los pantalones apretados contra el cual las botas y los bastones causan constantemente un ruido sordo, su astucia en busca de alimento, su giro postal que nunca aparece, lo han convertido en famoso allí donde ondea la Union Jack. "



Y hasta aquí hemos llegado

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