Hastiadamente irreflexivo

Seré breve;

Y no quiero oír risas.

Tras la sentencia de Bruselas sobre la ley hipotecaria española, el gobierno ha comenzado a titubear sobre lo que harán, mirando de reojo a Europa y a la Banca, pillados en medio, por lo que no se cuece nada bueno. Este hatajo de serviles sabandijas no están a nuestro servicio; sirven a todo aquel que no les eligió, pero que manipulándonos a todos, sobre todo a aquellos que les votaron, les pusieron. Saben que cuando se acabe su tiempo serán sustituidos por otros iguales, con políticas algo más “sociales”, para justificar algo su nombre, pero iguales, y que ya les volverá a tocar a ellos. Que los votantes tenemos demasiado miedo a lo que el tío Paco dejó atado y bien atado, y nos sometemos a ese ciclo, incapaces de aupar a alguien que quizás sea aún peor, me da igual, cualquiera de los dos partidos emergentes, o que se presente Chiquito de la Calzada, pero que al menos tendrá que demostrarlo, porque lo que es estas dos facciones políticas nauseabundas que se suceden en el poder ya lo han demostrado lo suficiente: no nos sirven. Son, utilizando el rico refranero español, el mismo perro con distinto collar, aunque cada vez que veo un perro algo intrínsecamente bueno y cada vez que veo a un político veo algo intrínsecamente vomitivo.

Ahora es la Banca, esa que se ha recapitalizado sin mover un dedo, a nuestra costa, nada más que para despedir a algunos directivos incapaces pagándoles indemnizaciones millonarias, que más que indemnizaciones parecían premios de los Euromillones, cuando lo que se tenía que haber hecho es multarles por la misma cantidad o más, esa que nos ha sacado los cuartos a los que pagamos siempre porque hemos vivido por encima de nuestras posibilidades, cuando han sido ellos los que han vivido por encima de NUESTRAS posibilidades para recapitalizarse, que tienen, junto con ese espantajo que tenemos como presidente del desgobierno, la desfachatez de proclamar que estamos saliendo de la crisis… que todo hay que decirlo, hablando claro, mienten como bellacos; ellos no están saliendo de la crisis porque jamás han estado en crisis, y nosotros no estamos saliendo de la crisis porque estamos atrapados en un efecto arenas movedizas desmoralizador… esos malnacidos, repugnantes plutócratas sinvergüenzas que lo mejor que podrían hacer es dedicarse a una variante de la jardinería en la que se cría una planta de hojas palmatilobuladas la familia Malvaceae, por decirlo de manera confusa para que no quede demasiado claro, mi irreprimible deseo para con esa caterva, que ahora parece que no están demasiado conformes con la sentencia del tribunal europeo sobre la ley hipotecaria y ya han lanzado un comunicado diciendo que cuidadín, que con la banca no se juega, y no les falta razón, porque ya sabemos que la banca gana, los muy…

Dedicaré estas líneas a contar hasta 5 millones, como el número de parados, no sea que escape de mi inocente serenidad un exabrupto que ocasione que pueda llegar a acabar con los huesos en la cárcel, pues lo que pienso en estos momentos es muy gordo e incluye puñales malayos, cuchillo y tenedor, dos piedras rugosas, no de río, palillos medio astillados, lejía, muchos litros de agua, mejor si es fecal, un rallador de queso roto, papel de lija, sogas, un pico y una pala, grilletes y cadenas, una batería de coche con sus cables y sus bornes, un par de toallas, un ventilador con un tornillo suelto, torniquetes y mordazas, tornillos herrumbrosos, cerillas, un sacacorchos, un calcetín usado durante cinco días sin lavar, un cepo de cazar osos y una trampa para ratones, alcohol de quemar, una casete de chistes de Lepe, tres bombillas rotas de las antiguas, guimbaletes, palancas y torniquetes de todos los tamaños , alicates y tenazas, sierras oxidadas y poco afiladas, un torno de dentista, plumas de ganso, ortigas, ácido clorhídrico, un disco de Raphael rallado, … todo esto aderezado por la más exultante creatividad destructiva y por la más desbordante imaginación a la hora de acordarme de todos sus familiares y la madre que los parió.

Mientras tanto, sigamos luchando separados en mil frentes cuando el enemigo es uno solo, con muchas caras, pero sólo uno, y lleva siglos tomándonos el pelo.

Qué asco más grande.

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