La Película de la semana; Super 8



Jeffrey Jacob Abrams nació el 27 de junio de 1966 en Nueva York. Actualmente es un reconocido director, guionista, compositor y productor de cine y televisión. Para la pequeña pantalla ha producido y coproducido y creado y co-creado series como Felicity o Alias y las más recientes Persons of Interest, de 2011 y Alcatraz, de este mismo año, pero su mayor creación televisiva reunió en torno a  una especie de culto a millones de fans en todo el mundo, además de ser una de las iniciadoras de lo que se está convirtiendo en una Edad de Oro de las Series de Televisión. Estoy hablando de Lost, y personalmente me declaro seguidor entusiasta de la serie, pero repruebo el final. En el haber de este señor también está la estupenda Fringe, de las mejores dentro del ecléctico gusto que acucia a este miajillístico cronista entre las que se emiten actualmente.

Pero ¿A qué viene empezar a hablar de series de TV a estas alturas, si hasta estos momentos en el miajilla no se ha acometido este tema? Primero, porque nunca es tarde si la dicha es buena, y hay suficientes  productos de calidad como para detenerse a mirarlos y comentarlos, pero la razón principal está expuesta en el título de este articulillo. Es que la película de la semana es Super 8, y JJ Abrams es su director. Así que sigamos, a ver dónde nos lleva todo esto.
El primer trabajo de Abrams en la industria del cine lo realizó cuando tenía 16 años, componiendo la música para la película de Don Dohler Nightbeast. Durante su último año en la universidad, escribió junto a Jill Mazursky un primer borrador para un guión, que fue comprado por Touchstone Pictures, Este tratamiento fue la base de Taking Care of Business (Millonario al instante), la primera película producida por Abrams, protagonizada por Charles Grodin y Jim Belushi y dirigida por Arthur Hiller en 1990. Después siguió como productor con Regarding Henry (A propósito de Henry), dirigida por Mike Nichols  y protagonizada por Harrison Ford y Annette Bening, y Forever Young, protagonizada por Mel Gibson, Jamie Lee Curtis y Elijah Wood en 1992.

Abrams colaboró ​​con el productor Jerry Bruckheimer y el director Michael Bay, en la película de 1998 Armageddon, protagonizada por Bruce Willis, Billy Bob Thornton, Ben Affleck, Liv Tyler, Owen Wilson y Steve Buscemi, esa de los perforadores de plataformas petrolíferas que son enviados por la NASA a un enorme asteroide que amenaza La Tierra para taladrar su superficie y poder destruirlo con una bomba… Ese mismo año, hizo su primera incursión en la televisión con Felicity, que se emitió durante cuatro temporadas en la cadena WB. Fue co creador junto a Matt Reeves y productor ejecutivo. También compuso la música de la cabecera. Trataba sobre los años universitarios de Felicity Porter (Keri Russell) y su grupo de amigos, durante su estancia en la Universidad de Nueva York. Se narran los cambios que van experimentando los personajes en su camino hacia la vida adulta, dejando atrás la adolescencia, y personalmente la recuerdo muy publicitada durante su estreno en Telecinco en España, con mucho prestigio y demás zarandajas, pero ni me llamó la atención ni la seguí, y si en algún momento permanecí frente al televisor durante su emisión, me pareció demasiado cursi como para poder soportarla demasiado tiempo. 


En 2001 funda la productora  Bad Robot junto a Bryan Burk, desde donde Abrams creó y fue productor ejecutivo de la serie Alias ​​de ABC (también compuso el tema principal), una serie de espionaje y acción protagonizada por Jennifer Garner. En esta serie se empiezan a ver los giros argumentales inesperados que más tarde caracterizaría a su producción televisiva de más éxito hasta el momento, Lost, creada en 2004 junto a Damon Lindelof y Jeffrey Lieber y de la que también fue productor ejecutivo. Huelga comentar nada sobre esta serie, de la que se han escrito billones de palabras. Decir que… también compuso el tema principal. Ese que salía en aquella cabecera que revolucionó las cabeceras de las series de TV, omitiendo la sintonía pegadiza y presentando a los actores de la serie mediante recortes de escenas o mirando a cámara con amplias sonrisas.



Como director de cine  Abrams toma la alternativa en 2006 con la tercera película de Misión Imposible. A este respecto comentar dos cosas. Lo curioso que resulta que la primera película dirigida por este señor resulte ser una versión cinematográfica de una mítica serie de televisión, y lo insufribles que, desde mi punto de vista, resulta cualquiera de las películas de esta saga. Inicialmente, poco o nada tienen que ver con la serie original, si exceptuamos el título. Y todas y cada una de estas películas, exceptuando la cuarta, actualmente en pantalla y también dirigida por Abrams, no son más que cascarones vacíos que sirven de inexistente soporte a una serie de secuencias de acción espectacular para gloria de Tom Cruise. Como cine palomitero sirve para devorar con fruición y sin darse cuenta un cubo de los grandes de este aperitivo de maíz también conocido como rositas, rosas, rosetas, flores, palomas, pajaretas, crispetes, chivitas, pochoclo, pororó , pipoca, pop corn, crispetas, cotufa, maíz tote, maíz pira, canguil, tostones o gallitos. El simple aperitivo tiene muchos más nombres que cualidades positivas la saga de Ethan Hunt. Eso sí, las películas contienen secuencias de acción espectaculares, que suelen ser motivo de noticia de relleno en los telediarios cada vez que se estrena una de estas cintas, lo que suena a promoción pagada disfrazada de noticia, claro. El conjunto se olvida con la misma facilidad con la que se sale del cine, y a la primera cerveza post película ya se está hablando de otro tema. En 2011 ha reincidido produciendo y escribiendo Mission: Impossible - Ghost Protocol, pero como no la he visto, aquí acabamos de comentar esto.

En 2008, Abrams produjo la película de monstruos, Cloverfield, dirigida por Matt Reeves. En una fiesta de despedida de un amigo, uno de los asistentes se encuentra grabando todo con una videocámara cuando repentinamente, tras una sacudida, la ciudad comienza a ser atacada por un monstruo de dimensiones bíblicas. La película en sí es la grabación que hace ese tipo. O sea, que al estilo de The Blair Witch Project, salvo que en este caos tenemos que creer que existe gente que es capaz de grabar lo que ocurre a su alrededor escapando de monstruos más grandes que rascacielos, que mientras tanto están cayendo en un apocalipsis que ríase usté de cualquier terremoto, tsunami o erupción volcánica real. Estamos en la era de You Tube, así que habrá que creerlo. Quitando esta pega, mínima y algo pejiguera, tiene un look de film independiente y de bajo presupuesto, sin serlo, Los efectos especiales son impresionantes y la historia es entretenida y está bien contada, pero los personajes, aun teniendo en cuenta la presión emocional a la que son sometidos (pues ha de ser angustioso escapar de algo que te puede comer, o pisar o tirarte un edificio encima) resultan algo insípidos, rayanos en la estupidez, lo que ocasiona que el espectador no se identifique con ellos y que el momento en el que alguno de ellos pueda morir nos resulte indiferente. El ritmo es trepidante y encima, la película dura sólo 85 minutos, algo que si que resulta totalmente inusual. 





Ese mismo año Abrams, fue co-creador, productor ejecutivo y co-escritor (junto a Roberto Orci y Alex Kurtzman)  de la serie de ciencia ficción  Fringe, para la que también compuso el tema de inicio. En esta serie, que inevitablemente recuerda a Expediente X (con capítulos auto conclusivos y otros que desarrollan una trama continuada), se narra cómo Olivia Dunham (Anna Torv), una agente del FBI,  solicita la ayuda de un científico que lleva encerrado en un psiquiátrico 17 años, llamado Walter Bishop (John Noble), descrito como un "Doctor Frankenstein mezclado con Albert Einstein",  para investigar una serie de sucesos extraños que se dan alrededor del mundo, a los que denominan El patrón, y que parecen tener conexión con una multinacional llamada Massive Dynamics. Para permitir salir a Walter del psiquiátrico, han de recurrir a un pariente cercano, que resulta ser su hijo Peter (Joshua Jackson), que se une al grupo de investigación. Reitero desde aquí mi inconmovible recomendación de esta serie, o de lo emitido hasta la temporada pasada, pues de la presente no he visto aún nada.



En 2009, dirigió una nueva  película de la serie de ciencia ficción Star Trek, que produjo junto al co-creador de Perdidos Damon Lindelof, en forma de precuela, o sea, las historias de la tripulación del Enterprise original antes de la serie de TV, con un capitán Kirk recién salido del cascarón.  Abrams actualmente dirige una secuela sin título de Star Trek, que tiene previsto su lanzamiento en mayo de 2013. Sobre esta película no haré comentarios, y no quiero que se me malinterprete; es porque mi opinión respecto a todo lo que rodea a Star Trek no es para nada fiable (y modestamente, ninguna de mis opiniones, ya que como dijo Harry Callahan, son como el culo, todo el mundo tiene uno); Star Trek, bajo cualquiera de sus manifestaciones audiovisuales, siempre me va a gustar, y aunque poseo capacidad de discernimiento, solo podré expresar mi opinión valorándola entre un me gusta y un me gusta mucho.














Y así llegamos al 2011, en que Abrams escribe y dirige para Paramount Super 8, que coproduce con Steven Spielberg y Bryan Burk. Y aquí ya aparece un nombre clave: Spielberg.
Steven Spielberg y George Lucas son los responsables de un hecho que cambió la industria cinematográfica; desde su irrupción, el cine dejó de estar dirigido a un público medianamente adulto para pasar a ser un producto para todos los públicos, especialmente los niños y jóvenes menores de edad. Nos estamos refiriendo al cine comercial y generalizando, bastante, pero este es un hecho innegable. 
En la década de los 80 floreció un tipo de cine auspiciado por Lucas y Spielberg, pero especialmente por este último, con una temática y estéticas particulares, y varios elementos comunes. De entonces son, por ejemplo, E.T., el extraterrestre, Regreso al futuro, Cuenta Conmigo, Poltergeist, Los Goonies, Gremlins (que daría luego origen a todo tipo de criaturillas malignas como los Ghoulies o los Critters)… y estas serían las más taquilleras. No podemos olvidar películas como La aventura de los Ewoks, Exploradores, Los bicivoladores, D.A.R.Y.L., Mi amigo Mac (burda copia de ET), Karate Kid, Dentro del Laberinto, Jóvenes ocultos, Noche de Miedo, El secreto de la Pirámide, La Historia Interminable… Y extra spielbergianamente surgieron películas también protagonizadas por adolescentes que nos legaron una generación de actores que en su mayoría han desaparecido, se han diluído en el marasmo de una fama temprana (y un buen dinero aún más temprano), o sencillamente se han muerto, salvo excepciones que siguen más o menos dignamente ejerciendo esa profesión.  



 Esos Will Wheaton,  Ralph Machio, Fred Savage, Kirk Cameron, Corey Feldman,  Matthew Broderick, Martha Plimpton, Macaulay Culkin, Molly Ringwald, que a saber donde se habrán metido, muy buscados en las páginas y secciones tipo “Qué fue de…? O Qué pasó con…?. 









Los fallecidos más eminentes serían Heather O´Rourke, la niña de Poltergeist en torno a cuya premature muerte corren leyendas de todo tipo, aunque la verdad es que murió de una paro cardiaco asociado a una enfermedad congénita;  River Phoenix o Corey Haim (el otro Corey).   



Christian Slater, Matt Dillon, Ethan Hawke, Robert Sean Leonard, Henry Thomas, Drew Barrymore, Josh Brolin, Jenifer Conelly, con mayor o menor éxito, siguen en la brecha, sobre todo Tom Cruise y Leonardo Di Caprio, que tienen status de súper estrellas.     
Y Michael  J. Fox. Este es un caso tan aparte, claro.








Mención aparte merecen las decenas de adolescentes que murieron de las más variadas maneras, a cual más imaginativa o simplemente retorcida pero siempre sangrienta del alud de películas slasher que caracterizaron la década de los 80, que crearon iconos del horror como Jason Voorhees, Michael Myers y Freddy Krueger, cuya primera víctima fue nada menos que Johnny Deep, pero que ya son harina de otro costal al igual que las musicales a la sombra de Grease (y las de Break Dance!!)o las de pandillas desquiciadas tipo Porky´s o Los Albóndigas.

El esquema de película tipo spielbergiano de entonces venía a ser el siguiente: La acción transcurre en el medio oeste americano, en una pequeña población con algún tipo de industria a la que la crisis ha diezmado. Los protagonistas, o parte importante de ellos, son chavales de edades no superiores a los 15 años, aunque cuando alguno de ellos supera ese límite de edad suele desempeñar un papel de matón, hermano mayor abusón o post adolescente con alguna adicción a las drogas tratada de manera humorística (o sea, el típico “colgado”). Estos niños suelen ser hijos de padres que están afectados por la crisis de la industria local, por lo que habrá algún parado. Alguno de estos parados tendrá problemas con la bebida, y su hijo será preferentemente hija. Otro niño, casi siempre el protagonista, será hijo del sheriff del pueblo. También estará el huérfano o hijo de padres separados. Si es la madre que convive con el niño, inevitablemente tendrá montones de trabajos para poder llegar a fin de mes, o uno solo que apenas le dejará tiempo para dedicarlo a su prole. Si es el padre, habitualmente será por fallecimiento de la madre y la comunicación padre hijo será escasa. Estos niños pertenecen habitualmente al grupo de inadaptados del instituto (inadaptados como contraposición a los populares, que son siempre los futbolistas y las animadoras), y el grupo suele llevar en su composición varios estereotipos. Así, estará el gafitas empollón, el gordito y un tercer inadaptado que ha de pertenecer a una minoría étnica o cultural. Si el grupo lleva chica incorporada, esta será una preciosidad escondida detrás de algún adminículo o artificio que lo disimula, o una chica cuyo deseo será ser chico y actuar com tal, menos en el aspecto sexual, ya que se verá atraída inicial e inconfesablemente por algún adonis de la facción popular de la muchachada local. En cuanto al líder del grupo, no tendrá por lo general ninguna de estas características, y de hecho lo único que le separa del grupo privilegiado socialmente de los populares es, por una parte, su amistad con los inadaptados y, posiblemente, alguna afición impopular entre los populares, como pueden ser las películas de terror de serie B, los comics, la ciencia, los clásicos de la literatura universal… o en resumidas cuentas, cualquier actividad que requiera al menos un mínimo de inteligencia. Los adultos tratarán a los niños como niños y ceros a la izquierda, lo que quiere decir que no creerán nada de lo que estos hayan visto, así que los chavales tendrán que desempeñarse por sí mismos. El único adulto que puede llegar a creerlos es también un inadaptado o excluido social, sea por vejez, raza, problema con alguna sustancia, hándicap de tipo mental o simplemente su estatus social. El resto de los adultos responden igualmente a estereotipos. Están los tipos agradables, pero que también harán caso omiso de los niños (y si alguno de ellos les hace caso al verse envuelto en la experiencia, inevitablemente morirá, a no ser que estemos cerca de algún tipo de clímax final y esté ya todo el mundo enterado). Suelen ser algún tendero, o repartidor de algún tipo de género o propietario de una tienda destartalada y poco visitada, casi siempre de edad avanzada y que podría ser abuelo de cualquiera de los niños. Los adultos menos agradables serán siempre personas de mediana edad sin tiempo que perder con mocosos. En cuanto a las autoridades de la ciudad, el alcalde de la localidad o es corrupto o es simplemente un inepto; la policía está comandada por un jefe incapaz que morirá o desaparecerá misteriosamente en un momento dado, teniendo que asumir la responsabilidad el policía que sea padre de alguno de los niños o, en caso que el padre sea el jefe de policía desde el principio, alguno de sus subalternos será un completo cretino.
Los niños se verán envueltos en algún tipo de lío de carácter frecuentemente sobrenatural o ultraterrestre. Si el asunto es muy gordo, al estallar provocará la presencia de alguna autoridad gubernamental que socavará la local tomando su lugar, en forma de ejército, Guardia Nacional o alguna agencia tipo FBI u “Hombres de negro”.
La música será siempre sinfónica y contendrá una pegadiza fanfarria, estando compuesta principalmente por John Williams, Jerry Goldsmith o Alan Silvestri. Y aunque la acción transcurra entre finales de los 70 y mediados de los 80, alguna emisora de radio local con cuatro consonantes por nombre emitirá siempre alguna pieza de rock´n´roll clásico, algo muy americano, así como el snack bar con camarera pelirroja, veterana y con un fuerte instinto maternal hacia todo el mundo, independientemente de su edad, a los que siempre llamará “encanto”. Veremos también camisas de franela a cuadros, sombreros de leñador con orejeras, rancheras con la carrocería imitación madera, algún Ford clásico, aserraderos, máquinas quitanieves, camionetas de helados con música de campanillas, auto cines, casas unifamiliares mas o menos destartaladas con su jardín con cerca blanca o por pintar de blanco, cortacéspedes, barbacoas, emisión de películas de ciencia ficción de los años 50 en la televisión, desayunos familiares mas o menos desordenados, cajas de cereales, sudaderas con capucha, bicis con cesta, guantes, pelotas y gorras de beisbol, bailes de graduación, alguna fiesta tipo Halloween o Acción de Gracias, neumáticos colgados de árboles para servir de columpio…






















Pues bien, todo esto es la esencia de Super 8. Hasta el poster de la película es uno de esos dibujos hiperrealistas particularmente iluminados de Drew Struzan. Abrams ha querido hacer una película, llamémosle homenaje o ganas de recrear aquellos filmes, y encima ha sido producida por Spielberg. La película recrea aquellos filmes de los 80 totalmente, y eso hay que reconocerlo. Tenemos a un grupo de niños; uno de ellos, el gordito, quiere hacer una película de Zombies con una cámara Súper 8 y el resto de los chavales le secundan, incluido el protagonista (hijo del sheriff y huérfano de madre) y la chica (guapa, con padre separado y problemático). Vamos viendo todos los tópicos hasta que de repente, rodando una escena en exteriores, por la noche, ocurre un terrible, y por cierto espectacular, accidente de tren. Este tren transporta algo que lleva al ejército al pueblo, y el accidente no  es tal accidente. Comienzan a desaparecer personas y…
Los espoilers, luego.



La película empieza lentamente y va adquiriendo ritmo progresivamente. Está bien rodada y mejor contada, aunque se aprecian algunos errores de guión. La actuación de los niños es correcta, y la de la niña, Elle Fanning, fascinante, pero hay una pega a mi parecer, y es que los niños no son enteramente niños, sino que tienen rasgos de personalidad demasiado adultos. Se ve que Abrams es menos niño de lo que lo era Spielberg a su edad (45 años). Abrams no solo homenajea aquella manera de hacer cine, también se homenajea a sí mismo, lo cual está bien, y hay numerosos guiños a la cultura popular derivada tanto de sus propias producciones como de las de su maestro Spielberg. Lo curioso de la película es que, con todo lo que tiene de ya visto, pues se ha hecho así a propósito, parece que estemos viendo algo novedoso, cuando no es así. Todo lo que ocurre que parece existir para dar forma y trama a la película, todo el asunto fantástico y extraterreno, no es más que un macguffin hitchcockiano, pues el verdadero interés es el estar ante una película “como las de antes” que además está muy bien hecha y es muy entretenida. Nada original salvo en lo que se pretende como recreación. Ya hemos visto antes lo que se nos cuenta, pero hacía tiempo que no se nos contaba eso ni se nos contaba así. Abrams consigue con esta película recrear una atmósfera y una manera de hacer cine hasta ser casi más spielbergiano que Spielberg, pero a un nivel visual y técnico. No sé explicar que es, pero le falta parte de aquel alma que Spielberg tenía antes de trocarla y convertirse en un narrador adulto; pero adulto a la manera de los adultos de sus antiguas películas, como aquel Peter coyote de E.T. del que solo veíamos el llavero. Y quizás sea el complejo de Peter Pan que tenía el (desgraciadamente) director de Hook antes de hacerse mayor, y que Abrams no tiene y no logra llenar con toda su admiración y veneración hacia su sensei. Pero bastante ha hecho, y mucho.
Aunque quisiera añadir, como observación personal, que el esquema de las películas de Spielberg y alrededores antes esbozado, con tintes más dentro del ámbito de lo terrorífico que de lo fantástico, se pueden aplicar a muchas de las novelas de Stephen King escritas durante los mismos años. It sería un claro ejemplo y, desde luego, Cuenta conmigo, que también es una de las películas nombradas en la relación de antes.
Y atentos a los títulos de crédito finales. No os levantéis de la butaca/apaguéis el dvd-Blu Ray, etc. Se nos muestra en todo su esplendor la película acabada de los protagonistas, la de zombies, y es toda una delicia.
Y ahora sí, cuidadín con los espoilers (palabra procedente del verbo transitivo inglés To Spoil, que significa echar a perder, estropear o arruinar).







Y es que hablábamos antes de determinados detalles y guiños. Vamos a detallar algunos.
La gasolinera en las afueras del pueblo donde transcurre Super 8  se llama Kelvin Gas. Kelvin era el nombre del abuelo de J.J. Abrams (Jacob Kelvin se llamaba el hombre). Abrams utiliza comúnmente este nombre en su trabajo, como en la serie Lost, donde había un personaje llamado Kelvin Joe Inman, interpretado por Clancy Brown (el que hizo de El Kurgan en Los Inmortales), que ocupó la estación El Cisne, junto a Stuart Radzinsky, después en solitario, y al final junto a Desmond. El USS Kelvin era también el nombre de la nave estelar que es destruida al comienzo del Star Trek dirigido por Abrams. En Fringe aparece la empresa farmacéutica Kelvin Genetics. En cuanto al nombre del pueblo donde transcurre la acción, es Lilian, y así se llamaba la abuela de Abrams.
En la escena de la gasolinera, en el plano general que muestra cuando el sheriff Pruitt se está marchando, se puede ver por encima de la cabina del empleado de la gasolinera un poster publicitario  de Slusho. Slusho es una marca ficticia de bebida que apareció por primera vez en Alias, siendo bebida por Jenifer Garner. Desde entonces ha ido apareciendo en diversas produciones en las que abrams ha estado involucrado y tiene web propia y hasta campaña publicitaria ficticia. En Fringe aparecen posters de Slusho de vez en cuando y lo bebe Walter Bishop (salió bebiendolo en un poster promocional de la segunda temporada) y algún ejecutivo de Massive Dynamics. En Star Trek lo pide Uhura en el bar mientras Kirk trata infructuosamente de llevársela al huerto. Asimismo, Slusho era parte de una campaña de marketing viral para Cloverfield, donde en una escena se puede ver a un personaje con una camiseta de la marca inexistente. Y sin salir de la gasolinera, en ella podemos ver un expositor de caramelos Rocket Poppeters, muy habituales en Fringe. Estos caramelos formaron parte de una campaña viral para Super 8 mediante unos anuncios falsos en los periódicos en que se anunciaba la oportunidad de unirse al club de fans de dichas golosinas.
Antes del estreno de Super 8, Abrams anunció que Leonard Nimoy, el legendario intérprete del Señor Spock en Star Trek  (que también se interpreta a sí mismo de mayor en la versión de Abrams) tendría una aparición en la película. Por cierto, que en la serie de TV Mission Impossible tuvo un papel principal cuando Martin Landau dejó la serie. Y en Fringe interpreta el papel del doctor William Bell, antiguo compañero del Dr. Walter Bishop en los experimentos que llevaban a cabo con drogas experimentales en niños de menos de tres años para aumentar sus capacidades, aparte de ser el presidente y fundador de Massive Dynamic. En super 8 no hay rastro del actor, pero al parecer, en la tienda de revelado de fotos donde trabaja el fumeta colgado del pueblo, hay un sobre donde se puede ver el nombre de un cliente: Leonard Nimoy.
Los niños están rodando una película de zombies, y en la película en sí hay alguna que otra referencia al padre del subgénero, George A. Romero. La empresa de productos químicos que aparece como “mala” de la película se llama Romero Chemicals, y el protagonista tiene un poster de una película de del director de La noche de los muertos vivientes en su habitación.
En la escena final, justo antes del comienzo de los títulos de crédito, se puede ver el cartel de una taberna llamada "James Locke." En Lost, uno de los personajes principales era John Locke. En cuanto a James, igual es demasiado pretencioso afirmar que, si de Lost se tratara, el personaje principal con ese nombre de pila es James Ford, más conocido como “Sawyer”.
En la escena donde se va amontonado metal en la torre de agua, uno de los trastos que forman parte del amontonamiento es un bicicleta clavadita a la de ET. Claro, que es todo un clásico y una tentación irresistible la unión de una bicicleta con cesta cerca de un gran foco de luz o la misma luna.
En una conversación con su hijo, el sheriff Lamb dice: "No tengo nada en contra de tus amigos, me gustan tus amigos. Con excepción de Cary, que parece que no puede impedir hacer arder las cosas”. Esta es una clara referencia a Carrie, la novela de Stephen King sobre una chica con poderes telequinéticos, que finalmente incendia la escuela y una gasolinera. Curiosamente, "Carrie" es el libro favorito de Juliet Burke, uno de los personajes principales de Lost.
Por insistencia de JJ Abrams, la escena nocturna en la estación donde ocurre el accidente está rodada realmente por la noche en exterior. La estación es un decorado y el tren está totalmente generado por ordenador. El accidente de tren es mucho más espectacular y aparatoso que uno real, y está hecho a propósito. Por una parte, por inequívocos motivos relacionados con el espectáculo, claro. Por otro, según declaran los responsables del film, el  objetivo era rendir homenaje a las películas de ciencia-ficción y catástrofes de los años 70. Pues eso.
En cuanto al alienígena, inevitable es verlo y no acordarse del monstruo de Cloverfield (aunque hay una manera de evitarlo, y es si no has visto Cloverfield…). Ambas criaturas han sido diseñadas por Neville Page y, o bien se auto-homenajea o “tiene un estilo propio recurrente” (o sea, que se repite más que las canciones de Jarabe de Palo). El parecido es tan evidente que el propio Abrams ha tenido que desmentir la idea de que ambas películas tengan lugar en un universo compartido.























2 comentarios:

  1. Te voy a dar a ti Mcguffin...Es una peli entretenida y mola hasta que sale el bicho y ya la cosa se desmadra (ridícula me parece la escena que van los niños paseando entre explosiones por el pueblo)...aun así se agradece un film con niños como protas ¡vivan los Parchís!.

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  2. Pues si, Un Macguffin, también MacGuffin, McGuffin o Maguffin. Lo del bicho no es mas que la excusa para hacer la peli...

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