Antoni Bancells




Toni Bancells empezó a dibujar para Bruguera a principios de los 70, pasando a tinta los Anacleto de Sanchís. Ya antes había pasado a tinta dibujos abocetados por Ibáñez y terminados por Sanchís, Pineda Bono o Martínez Osete. Pero no existía entonces un taller chímpico, sino que eran colaboraciones. Cuando surgió la idea, (y la idea era llenar todas las revistas de la casa de creaciones ibáñicas) los jefes (qué raro, dando ejemplo) fueron los primeros en intentar realizar historietas apócrifas de M y F. (Como curiosidad, Sagasty estaba en la nómina de Bruguera, y Sanchís era un colaborador autónomo). Parece ser que ninguno de los dos logró completar con éxito el reto. Sanchís dibujaba unos Mortadelos deformes, según sus propias palabras (o sus palabras transcritas por Bancells),”Mis Mortadelos parecen Anacletos, están abollados...”
Sagasty, en nómina como hemos señalado, era lento dibujando; no era dibujante de historietas, era ilustrador, era diseñador gráfico, y aunque hubiera podido llevar a cabo un trabajo decente, e incluso brillante, su lentitud no le hacía rentable para la Editorial en este aspecto.
Bancells empezó como chimpa de un chimpa, pero pronto demostró su valía profesional. Y se hizo Chimpa de pleno derecho. Además, se convirtió en estrecho colaborador de Sanchís, ayudándole a supervisar el trabajo de los demás chimpas, y escogiendo a nuevas incorporaciones. También comenzó a dibujar personajes propios, como Mustafín o Pipo y Colás, de los que parece no sentirse nada orgulloso, considerándolos como dibujos de “aficionadillo de cortos vuelos”.


Las dos historietas con personajes propios de Bancells
Así que seguimos glosando el trabajo en la sombra de dibujantes que si querían ejercer tenían que hacer obras, con mayor o menor fortuna, cuyos réditos se suponen que rcaían sobre el creador, y los beneficios sobre aquellos que idearon el sistema, los jefazos de Bruguera. Esos dibujantes en la sombra durante un período de sus carreras que, por la historieta de Ibáñez "Hacer un extraordinario, jo, menudo calvario" hemos bauizado como Chimpas por no querer llamarles apócrifos o negros.

También parece ser que fue el responsable de introducir en Bruguera un invento con el que se podrían hacer historietas menos chímpicas y más ibañezcas: la calcadora. Aprovechando los miles de originales del dibujante a chimpaizar, se podrían ejecutar con más fidelidad al original (y con más rapidez) muchas páginas de los personajes estrella de la casa. Pero utilizar una calcadora no es nada baladí. No basta con pasar el lápiz por encima de las líneas y fotocopiar manualmente un dibujo. Requiere cierto arte. Y desgraciadamente, esto no se tuvo en cuenta en numerosas ocasiones. Los chimpas realizaban un trabajo digno, necesitaban comer, necesitaban dibujar, pensando quizás en utilizar aquella experiencia como trampolín. Pero no todo el mundo sirve para dibujar, ni sirve como chimpa. De todas formas, muchos de los chimpas consiguieron tener sus propias creaciones publicadas en Bruguera. Casi todas olvidadas, constituían una especie de “relleno” de las revistas.
Bancells acabó haciéndose cargo de El Repórter Tribulete y de Doña Urraca. El hecho de no firmar estas páginas le hacen acreedor al título de chimpa en este caso. ¿Seguro? En ambos casos, sus creadores originales (Cifré y Jorge, respectivamente) habían muerto hace tiempo. Los derechos de estos personajes, como los de todos los de la casa, no pasaron a sus herederos. De hecho, en el caso de Doña Urraca, el heredero de Jorge, su hijo Jordi, lo único que heredó respecto a Doña Urraca fue el dibujar algunas páginas de este personaje. Más tarde, sería mundialmente conocido (en el restringido mundillo del cómic) como Jordi Bernet, el creador gráfico de Torpedo 1936.






Tribulete por Bancells
 

Bancells no firmaba esas páginas porque consideraba que esos personajes no eran suyos, a pesar de hacerse cargo también de los guiones. Pero el hecho de no firmarlas ¿Le convierte en chimpa? ¿Jorge y Cifré, después de muertos, tenían chimpas, cual “Cides Campeadores” de los tebeos? ¿O no firmaba las historietas por pura imposición de la editorial?
El caso Bancells es aún más sangrante, chímpicamente hablando. En 1977 dejó Bruguera para incorporarse a las filas de la división europea de historitas de Disney (los de los Don Miki). Por lo visto aprovechó la coyuntura para cantarle cuatro verdades al tiránico señor González, despachándole bien a gusto y cumpliendo el sueño dorado de cualquier trabajador subordinado. Creo no ser el primero que, siendo niño, cuando leía las historietas o veía los dibujos animados de Disney, pensara en el tío Walt como un dibujante mega prolífico, hasta límites estratosféricos, capaz de hacer tantísimas películas y tantísimos tebeos y con tan variopintos estilos y maneras de dibujar a Donald, Mickey y compañía. Y es que todas aquellas obras iban firmadas por Mr. Walter Elías Disney. Más tarde ya hemos sabido de Giuseppe Cavano y del propio Toni Bancells, pero entonces, todos los dibujantes eran anónimos. Lo mejor de todo es que, como todo dibujante joven e ilusionado por lograr ganarse la vida haciendo monos (aunque sea como chimpa), este detalle les traía completamente al fresco. ¿Cómo no aprovecharse de tanto idealismo y afán por dibujar a cualquier precio? Hablo por experiencia…

Dibujos para Disney


En la esquina inferior izquierda un código que indicaba la procedencia de la historieta, a explicar en algún momento más propicio

Ilustración de Benjamin Blümchen para Alemania. Yo tambien hice de eso...

Para Disney, relativamente reciente


Playmobil magazin

Mickey y Goofy

Más Disney

Raf e Ibáñez

Que yo sepa, Raf fué chimpa, vaya usted a saber por qué necesidades económicas, de Ibáñez, entintando sus dibujos en la historieta Las embajadas chifladas. Aparte de una muestra os dejo dos homenajes que se dedican entre si los dos amigos.
El lápiz es de Ibánez, la tinta y acabados, de Raf
De Raf a Ibáñez:
Y de Ibáñez a Raf, eso si, bastante más antigua. Las bromas entre los dos dibujantes y alusiones respectivamente a la falta de pelo, la edad o el capital producido por el éxito eran contínuas. Ver en este mismo blojjjj también el capítulo de Los Chimpas donde se puede leer el "Hacer un extraordinario..."

Cosas de Familia: La Familia Cebolleta (8) Fantasía, ciencia ficción y surrealismo, con algo de sordina

Uno de mis géneros narrativos favoritos es el género fantástico y el de ciencia ficción. Cualquier día les daré mas cancha en este blojjjjj. De momento los mezclo con uno de mis autores de humor bruguérico favoritos, y con unos de sus personajes  insignia. Disfrutadlo al menos la mitad que yo, y quedareis plenamente satisfecho.

LA FANTASÍA Y LA CIENCIA FICCIÓN
El abuelo encuentra una varita mágica que hace magia de verdad

Una campaña publicitaria agresiva hace vivir a Rosendo una película de horror

La familia Cebolleta sumerge a Rosendo en un historia de ciencia ficción, que le hace vivir más momentos terroríficos

Una confusión hace creer a Rosendo en las maldiciones

Los horóscopos también tienen algo de fantasía, aunque se crea en ellos...

La tecnología, aunque sea de los antiguos aborígenes australianos, puede parecer brujería al que ignora su existencia

Las cosas más inexplicables tienen su explicación, hasta el horroroso chimpismo que abre esta historieta.

Algunas leyendas de la superstición popular pueden ser más falsas que un billete de 500€... aunque haberlos, haylos, dicen

Un genio con muy mal genio (lo sé, lo sé, debería evitarlo...)
La fantasía es cosa de soñadores, evasión de la realidad...Para sueños, los de Rosendo...

LOS SUEÑOS, SUEÑOS SON
Esta pesadilla convierte la vida de Rosendo en otra

Algunos sueños no deberían convertirse en realidad

Una de mis historietas favoritas de todos los tiempos!

Otros sueños, por más que nos gustaría que fueran realidad, nos devuelven a la realidad de manera muy cruel

Más pescadillas, digooo, pesadillas
Y acabamos con 3 ejemplos con la sordera como gag recurrente. Estas no son de fantasía, pero Vázquez era un humorista fantástico.

FALTA DE OÍDO
Sordera artificial

Sordera deseada

Otra sordera artificial, y también catastrófica

Cosas de Familia: Don Pío (4) En el Trabajo

Don Pío, como buen cabeza de familia (cosas de la época, ya que EL era el cabeza de familia, cabeza redonda y calva), tenía que trabajar para pagar facturillas, sacar adelante la casa y tener contenta a Benita. Como ocurre en el mundo Bruguera, y ya hemos visto con anterioridad con Rosendo Cebolleta, las cosas no suelen acabar muy bien para el pobre oficinista.


Hasta qué punto llegarían las cosas que es despedido por dormirse en su propia casa por querer hacer horas extras. ¿Dónde estaban los sindicatos entonces? Ah, claro...En el exilio.
También, al sufrir la maldición de tener que madrugar, que no sé que extraña razón impulsa a las empresas a tener esos horarios absurdos que nos hacen a todos tener que salir al mismo tiempo de casa, provocándose esos desesperantes atascao de tráfico, a tan tiernas horas de la mañana... Bueno, Don Pío también se dormía y llegaba tarde.
Y por una vez que el jefe se muestra comprensivo, va Benita y lo fastidia todo tomando una iniciativa nada solidaria con su marido.
Precisamente el jefe de Don Pío, que aquí parece tener más continuidad que en Cebolleta, quizás porque a Don Pío le despidieran menos, tiene sus problemas empresariales. Menos mal que dispone de empleados eficientes.
Pero Don Pío, sin verlas venir, no es uno de esos empleados. Al menos no le despiden en esta ocasión. A pesar de todo, Don Pío ,aún sin obtener recompensas, se caracteriza por ser en muchas ocasiones la mano derecha de su jefe, un empleado modélico (para los jefes, claro)
Se le encargan trabajitos, y sin comerlo ni beberlo, sus compañeros meten la pata por una confusión. No es recompensado, aunque sí moralmente, pero por lo menos esta vez no es castigado. Lo de ser mano derecha tiene sis ventajas. Con tan poca cosa, su jefe le recompensa por ser su mano derrecha. Le regala un señor puro, cosa de mucho tronío en la época. Tanto, que su esposa y su sobrinito le convencen de que es de tanto tronío que puede llegar a arruinar su vida, o al menos, a que no mejore adecuadamente. Menuda campaña antitabaco!
Lástima que Benita arruine la campaña con su habitual y desaforado consumismo.Consumismo que está pidiendo a gritos que a don Pío le aumenten el sueldo.
Y lo consigue, desde luego que si. Al menos para sus compañeros. Para él parece que las cosas se quedarán como están por una larga temporada. Menos da una piedra en aquellos (o estos) tiempos de crisis. Pero eso no significa que en trabajo te traten como a un esclavo. Al menos es lo que opina Don Pío, hasta que se lo piensa dos veces imaginándose en el paro.
También una mala decisión que podía haber acabado mal, seguro, si hubiera sido la contraria. Pero la vida laboral sigue, y Don Pío sigue llegando tarde de vez en cuando.
Si hay algo peor que descubrir que todo había sido un sueño, es descubrir que, encima, hablas dormido. Lo mejor que podemos hacer, pobres proletarios, es seguir tragando.
Pues algún día nos tocará dejar de ser Don Pío, y si no llegamos a directores, al menos a alguno de sus compañeros.

Antología de Peñarroyismos (11)