Grandes clásicos del cine - En Busca del Arca Perdida (1)


Este año que acaba se cumplen 30 del estreno del clásico de Steven Spielberg, En Busca del Arca Perdida (Raiders of the Lost Ark). Esta película tiene gran peso en los gustos personales de este vuestro seguro servidor y humilde cronista, así que antes de que acabe este 2011 me he propuesto dejar constancia de ello. Y en esto estamos, casi al filo…
Se han dicho y escrito tantas cosas de este filme, que nada nuevo podré aportar, aunque vamos a hacer un intento. Y es que en 1981, cuando Spielberg y George Lucas decidieron hacer una película que homenajeara y recreara aquellos seriales de Republic Pictures que debieron ver de niños en el cine, miles de kilómetros hacia el este crecía un pre adolescente que se vería impresionado por el estreno de esta película para siempre. 



EN BUSCA DE LA SECUENCIA PERDIDA, LA MONTAÑA Y LA ESPADA

El paso del tiempo da un campo de visión impresionante, cambia los puntos de vista. Sin ir más lejos de Spielberg , el estreno de Parque Jurásico me pareció tan abrumador en cuanto a publicidad, promociones, gadgets y marketing,  tan sumamente machacón, que decidí boicotear la película a mi humilde manera: no yendo a verla. Cosas de la edad. Actualmente, me parece una estupenda película de suspense. Lo mismo que el Batman de Tim Burton, más o menos coetáneo. Mi decisión boicoteadora fue la misma, y mi opinión actual ha mejorado un tanto.
Pero en el caso de En Busca del Arca Perdida no tenía esa protección que me daba la actitud rebelde de quien se cree lo suficientemente maduro (o quizás entonces lo fuera más que ahora, vaya usté a saber) y el bombardeo publicitario que precedió al estreno de la primera película de Indiana Jones me cogió desprevenido y me llevó en volandas al estreno en primera fila… y en sueños. Porque eran otros tiempos. Y lo de ir a ver una película de estreno no era algo que hiciera tan a menudo en aquella tierna edad. Si las contara, el resultado sería más o menos igual a cero, estreno arriba, estreno abajo. Cosas de pertenecer a una familia numerosa que no podía permitirse llevar a todos sus vástagos al cine, y si no iban todos, no iba nadie; y eso que era mucho más barato que ahora. Si, relativamente también. Así que me tuve que conformar con verla de reestreno en el cine de verano del pueblo. El día que bajando por la calle principal vi el cartel, el pulso se me aceleró y corrí como alma que llevara al Diablo a avisar a mis amigos. Era Agosto del año 1982, y en España se había jugado el Mundial del Naranjito. Mis chapas con todos los equipos del mundial perfectamente rotulados pasaron a un segundo plano ante tal evento. Sobre todo por el papelón que había hecho la selección...  A finales de aquel mes nacería Pepe Reina, portero que después del papelón de Arconada y compañía sería Campeón del mundo 28 años más tarde, pero para los españoles de entonces, la roja era la furia y… mucho ruido y pocas nueces. Aquella noche, en la sesión de las 10 de aquel mes de Agosto de 1982, emocionado y cargado de chucherías de todo tipo (que entonces se llamaban chucherías, no chuches), me senté en aquella butaca, dispuesto a disfrutar del acontecimiento cinematográfico del siglo. Al menos para aquel pequeño futuro redactor de este blojjj, pues antes ya había sido todo el jaleo de las dos primeras de Star Wars, en las que salía el mismo tipo del  sombrero pero vestido con chaleco, Han Solo, ahora armado de revólver y látigo en lugar de “un buen láser”. Luego llegaría la tercera, al año siguiente, pero ese mismo año 82 se estrenaría otra de mis películas de cabecera de los 80 de la que hablaré al año que viene, cuando cumpla también 30 años. Película en la que, por cierto, también salía Harrison Ford. Que tipo ese, pensaba, ¡que estaba en todas mis películas favoritas!


Entonces se apagaron las luces y apareció el logo de la Paramount que se fundió a una montaña vista desde la jungla. Que por cierto, en lugar de pertenecer al logo azulado estándar que se utilizaba por parte de la compañía entre los años 1975 al 87, era una versión de la que se usaba en los años 40 o 50 (bastante apropiada en este caso) en las que se podía leer "A Paramount Picture", pero en este caso se le añadió "A Gulf+Western Company", ya que en aquellas décadas pasadas no era una compañía del grupo Gulf+Western. La cuestión es que se iniciaba la película con esa toma, esa montaña (hawaiana, por cierto, aunque la acción comienza en la Amazonia), frente a la cual aparecía una silueta con sombrero que se convertiría en uno de los iconos más reconocibles de la última mitad del siglo pasado… y el resto es historia. Salí encantado de la que aun a día de hoy considero la película de aventuras perfecta. ¿Encantado? Una sombra gris nubló aquella sesión.

El título de la película, abajo, el fundido del logo de la Paramount

En la famosa escena en la que Marion se oculta en un cesto que es recogido por unos malosos captores, Indy la persigue hasta una plaza en la que un árabe de aspecto imponente se le opone y blande un enorme alfanje que, además, maneja con suma destreza. Pues bien, como la copia que se exhibió en aquel cine de verano, aquel año 1982, venía de múltiples pases previos por otros cines de la geografía, el desenlace de la escena estaba cortado debido al desgaste de la cinta. También había otros cortes, pero aquel en concreto fue el más notorio, y me afectó sobremanera ¿Cómo habría escapado el doctor Jones de aquel aprieto?
Tenemos que adelantarnos en el tiempo hasta 1984. El perfecto visionado de la otra película de mis entretelas antes no mencionada pero si insinuada en el Cine Estudio Fantasio de Madrid (qué tiempos aquellos) me hizo confiar en la solvencia de aquella sala que exhibía programas dobles, triples y ciclos variados. No estoy muy seguro  de las otras películas que se presentaban en aquella ocasión, pero estaba claro que una de ellas era En Busca del Arca Perdida, y que por fin iba a ver la escena. Así que, con los mismos acompañantes del primer visionado, acudí a la cita, esperanzado por ver completa la película.
Pues no. También estaba cortada. Nuestra decepción era ya más que enorme. Y no fue hasta su primer pase por TV que logré ver la escenita de marras. Escena que por cierto, en uno de los pases que de la película hizo una conocida cadena de TV Española de origen Italiano, cortó para dar paso a la publicidad, lo que me ocasionó uno de los mayores ataques de risa que recuerdo. Lo curioso del caso es que la famosa escena no estaba en el guión. En el momento del rodaje, Harrison Ford estaba literalmente hecho papilla por diversos incidentes en tomas anteriores y por estar padeciendo, al igual que muchos miembros del equipo, disentería (excepto Spielberg, que se cree que evitó la enfermedad por comer sólo los alimentos que había traído con él: latas y latas de espagueti), por lo que no estaba en condiciones de rodar lo que el guión deparaba inicialmente, con latigazos y peleas incluidas, que iban a ser interrumpidas por constantes escapadas al baño, así que el actor, en un alarde de lógica, pensó algo así como “Qué demonios, el tipo este tendrá una espada, pero yo tengo un revólver”. Así que, dirigiéndose a Spielberg, le espetó "Steven, I can't do this, let's just shoot the son-of-a-bitch!" El resto ha quedado para la posteridad. 

Indy con cara de sorpresa
Al principio había una pelea de alfanje contra látigo. Abajo, la escena final con cachondeíto añadido

Pero dejémonos de recuerdos  y vamos a lo que vamos. Unas pocas curiosidades de la película y, por mucho que me duela, fallos de todo tipo, que ayudarán a desmitificar una de mis películas favoritas de todos los tiempos e inseparable acompañante de mis sueños aventureros allá desde mi adolescencia.

DE CÓMO INDIANA FORD LLEGÓ A SER HARRISON JONES

Y una de las curiosidades más conocidas es el hecho de que Harrison Ford no era el actor inicialmente elegido para interpretar al arqueólogo Henry Walton “Indiana” Jones Jr. En 1981 tenía 39 años y aunque tenía varios papeles en Cine y TV a sus espaldas, aún no había alcanzado una gran notoriedad. Había sido Bob Falfa en American Graffitti, alternado con Gene Wilder en El Rabino y el Pistolero, donde hacía del Pistolero, Tommy Lillard, e incluso había interpretado un pequeño papel en la mítica Apocalpyse Now, haciendo de coronel Lucas, pero su papel más conocido era el del pícaro contrabandista Han Solo en las dos primeras películas de la saga Star Wars. Ese papel le hizo mundialmente conocido, pero no fue hasta que se calzó el Fedora y el látigo que alcanzó el status de estrella. Lucas y Spielberg convinieron en que el actor tenía que ser un intérprete poco conocido, que no marcara al personaje con ningún papel anterior. Y no, a Harrison Ford aún no se le asociaba indefectiblemente con Han Solo, a pesar de llevar ya dos películas. Tened en cuenta que la popularidad de la saga se ha ido acrecentando con el tiempo, y en aquellos momentos eran mucho más notorios Mark Hamill o Carrie Fischer que Harrison Ford.

Han Solo contra Greedo y Bob Falfa

Previamente a hacerse con el papel Ford, optaron actores como Nick Nolte, Nick Mancuso, Peter Coyote y Jack Nicholson. Pero lo asombroso es que se considerara a ¡Steve Martin! (quién eligió hacer Pennies from Heaven en  su lugar), ¡Bill Murray! (que no cogió el papel por conflictos con la emisión del Saturday Night Live), o ¡Chevy Chase! Harrison Ford fue elegido menos de tres semanas antes del inicio del rodaje. Y eso que era la primera opción de Spielberg, pero George Lucas se opuso. Por un lado no quería que se confundiera al personaje con el de Han Solo, del que aún tenía que rodar otra entrega, y tampoco quería repetir con el mismo actor, a lo que decía ¡«no quiero mi propio Robert De Niro!», en referencia a la asociación del actor neoyorquino con Martin Scorsese. Ante esta negativa se buscaron otras alternativas, ya mencionadas, hasta que llegó Tom Selleck. El actor, conocido por ser uno de los bigotes más característicos de la pantalla estadounidense (junto a Burt Reynolds y Sam Elliot; aparte estarían los legendarios de Clark Gable, Charles Chaplin y el pintado de Groucho Marx) era la segunda opción de Spielberg, y convencía a Lucas. Pero Selleck tenía contrato en vigor con CBS para la serie Magnum, así que esto dio al traste con esta opción, quedándose el reparto como ya sabemos. Lo curioso es que la serie Magnum comenzó a producirse cuando el rodaje de En busca del Arca Perdida ya había finalizado. De hecho, Selleck se hallaba esperando el inicio del rodaje en Hawaii justo cuando el equipo de la película se desplazó allí para unas últimas tomas (precisamente las iniciales…). Al final, la “broma” se redondeó más tarde, cuando en un capítulo de la serie Magnum se parodió a la película. Este capítulo se tituló "Legend of the Lost Art", y podemos ver a Selleck con el sombrero Fedora, el látigo, escapando de trampas ocultas y demás parafernalia…
Secuencia del test de pantalla de Tom Selleck, junto a Sean Young


DE HISTORIAS, GUIONES E IDEAS

La historia le andaba rondando a Lucas desde los años 70. Esta del Arca y también otra para una space opera basada en las historietas de Flash Gordon (y las novelas de Asimov, y algunas películas de Kurosawa, y etc., etc.) acabarían haciéndose realidad. Respecto a la que nos ocupa, Lucas comparte los créditos de la historia con Philip Kaufman, productor, guionista y director con trabajos en su haber como Invasion of the Body Snatchers (1978), Elegidos para la Gloria  (1983), La insoportable levedad del ser (1988) o Twisted (2004, la última hasta ahora, ¿Por qué será?). Como guionista, además de alguno de los trabajos ya reseñados, destaca The Outlaw Josey Wales (1976) que sería finalmente dirigida por Clint Eastwood. Igualmente era el director inicialmente previsto para En busca del Arca perdida, pero Spielberg se llevó el gato al agua, ya que Kaufman fue requerido por Clint Eastwood para dirigir The Outlaw Josey Wales, que como ya hemos dicho, al final dirigió el ex alcalde de Carmel. A pesar de todo, parece ser que la idea original de Kaufman era sobre una historia en la que se buscaba el Arca de la Alianza. Curiosamente, también fue suya la idea de una historia sobre la búsqueda del Santo Grial (¿suya? ¿Realmente?), y adivinad en qué película se convirtió, y tampoco dirigió, sobre un arqueólogo y su padre.
Tras el éxito de Star Wars, Lucas se escapó en 1977 a Maui, donde se encontró con Spielberg, que estaba de vacaciones tras estrenar Encuentros en la Tercera Fase. Al final va a resultar que es del cine da dinero. La cosa es que Spielberg le confesó a Lucas que le gustaría mucho dirigir una película de James Bond, lo que le recordó a Lucas las veces que había querido recrear los seriales de su infancia, y le replicó  que él había concebido un personaje "aún mejor que James Bond", por lo que comenzaron a hablar de las aventuras de  Indiana Smith. A Spielberg le encantó toda la idea, ya que, según dijo, aquello era "como una película de Bond sin sus artilugios". No obstante, lo de “Smith” no acababa de convencerle. Finalmente se quedó el apellido Jones. Se dice que fue a raíz de aquella conversación en Maui, queriendo dar un trasfondo poético a todo el proceso de creación, aunque la verdad es que el apellido Smith permaneció en el guión y fue cambiado a Jones el primer día de rodaje. Del paralelismo que queda entre la serie de películas de Indiana Jones y las de James Bond está la misma estructura narrativa de los filmes, ya que todos comienzan con el final de una aventura del héroe (excepto Doctor No), aparentemente independiente del argumento principal, que luego tendrá que ver en algún detalle más o menos importante con el desarrollo de la trama. En este caso será la presencia de Belloq (Paul Freeman), el enemigo declarado de Indy, y un primer apunte de la insuperable fobia que el arqueólogo siente hacia las serpientes. En cuanto a mí, la debilidad que siento por ambos personajes me han hecho manifestar muy a menudo que son los únicos personajes sin superpoderes  a los que permito hazañas increíbles, en todo el sentido de la expresión, y me puedo creer el salto de la vagoneta en El Templo Maldito encajando nuevamente en los raíles, o a Bond saltando desde una presa para coger un avión en caída libre. Si el personaje que lleva a cabo esa hazaña no es el agente 007 o el arqueólogo del Fedora y el látigo, para mí no tienen credibilidad. Frikismos particulares, que le vamos a hacer.


Arriba, un trailer. Sobre estas líneas, el equipo rodando en Hawaii
Foto de recuerdo de los Hovitos. Debajo, Belloq y la fobia de Indiana Jones hacia las serpientes



UN FRANCÉS, UN PERRO Y VARIOS PATOS ESCAPANDO DEL CANTO “RODAO”

Para el papel de René Belloq se consideró inicialmente a Giancarlo Giannini (al que hemos visto en las dos últimas películas de 007 hasta la fecha en el papel de Rene Mathis o en Hannibal interpretando al inspector Renaldo Pazzi) y al cantautor y actor cinematográfico francés James Dutronc, que resultó no saber ni una palabra de inglés. Entonces Spielberg optó por Paul Freeman, del que pensaba que tenía unos ojos llamativos, y le llamó para ver si podían reunirse en Londres, para ver si el actor podía hacer una audición hablando con acento francés.
Belloq

En cuanto al apodo, Indiana (ya que el nombre de pila del Doctor Jones es Henry) procede del nombre del perro que por entonces tenía Lucas, un malamute de Alaska. En la tercera película de la saga, la del Santo Grial, se hace referencia al origen del apodo, solo que en esta ocasión el perro es del propio Indiana. También es en esa película que descubrimos el nombre de pila del arqueólogo, heredado de su padre y maestro. También decir que la combinación de estado de los USA esos más un apellido común está basado en el personaje que interpretó Steve McQueen llamado Nevada Smith en la película del mismo nombre.

Si hablaba antes de la escena inicial, rodada en Hawaii, es preciso señalar, y más aún en este blojjj, eminentemente historietístico, que la escena en el templo está inspirada en parte por una historieta clásica de Disney escrita y dibujada por el gran Carl Barks, inspirador de Lucas y Spielberg en varias ocasiones como ellos mismos han admitido. "The Prize of Pizarro" ("Uncle $crooge" nº 26, Junio/Agosto de  1959), publicado cuando ambos creadores contaban 15 y 12 años de edad respectivamente, mostraba como Donald, sus sobrinos y el Tío Gilito (o Gil Pato, o Scrooge McDuck) exploran un templo perdido, y han de eludir una sucesión de trampas, que incluyen cuchillas decapitadoras, dardos voladores, una enorme piedra esférica y un túnel inundándose de agua. En otra  historia de Barks, "The Seven Cities of Cibola"("Uncle $crooge" nº 7, septiembre 1954), aparece una ciudad perdida y un ídolo que desencadena una gigantesca roca esférica que aplasta todo a su paso. Por cierto, que si eso le hubiera pasado en la realidad a Harrison Ford en las circunstancias del rodaje (con una piedra real no pongo la mano en el fuego), este hubiera escapado sin dificultad, puesto que la escena se rodó desde cinco ángulos diferentes dos veces, así que tuvo que huir de la piedra rodante al menos diez veces, todas con éxito. En una de ellas tiene un tropiezo real, del que se recupera rápidamente, que quedó en el montaje final porque se consideró que aportaba realismo a la escena. 


The Prize of Pizarro

The Seven Cities of Cibola
Esta gran piedra esférica, todo un clásico, estaba hecha realmente de fibra de vidrio. Para conseguir el efecto de sonido apropiado, el diseñador de sonido Ben Burtt y su  gente estuvieron arrojando cantos rodados colina abajo todo un día, sin conseguir lo que se buscaba. Al finalizar el día, cuenta, frustrado por el fracaso, cogió su coche para dejar la zona atravesando un camino de gravilla, y al escuchar el ruido producido pensó que era justo lo que buscaba, por lo que cogió el micro y lo grabó. Esto es lo típico de los extras del Dvd que queda muy bonito, pero que me parece que es cuento, pero cosas más raras se han visto en este para mi misterioso mundo de los efectos de sonido. 

La secuencia de la piedra. Debajo, el tinglado montado en el decorad para rodarla.
Una estatua homenaje a la secuencia

En esta misma película, por ejemplo, los puñetazos tienen un sonido bastante peculiar, que se consiguió golpeando una pila de cazadoras de cuero con bates de beisbol. El sonido que hacen el montón de serpientes dentro del templo egipcio resulta de la grabación del propio Ben Burtt metiendo sus dedos en un cazo con queso fundido y el ruido de unas esponjas mojadas sobre las ruedas de un monopatín rodando… El sonido de la tapa del Arca abriéndose es el de una tapadera de cerámica de una cisterna. De igual forma, el ruido que hace el revólver de Indy al disparar parece bastante peculiar a la par que poderoso para un arma de corto calibre, y es que el sonido de los disparos originales procede de un rifle Winchester (con las pertinentes manipulaciones y remezclas).

Efectos de Sonido: Disparos, serpientes y puñetazos


LAS ARAÑAS CONTRA EL DOCTOR OCTOPUS Y UN HÉROE BIEN VESTIDO

En esa escena inicial, el guía de la expedición, Satipo, resulta ser un traidor. Ese papel lo interpreta Alfred Molina, un actor británico hijo de español e italiana que ahora es conocido por haber interpretado a Manuel Aringarosa, el obispo en El Código Da Vinci y a Otto Octavius, el Dr. Octopus, en Spiderman 2. El papel de Satipo fue su debut en el cine, y su primera escena en su primer día de rodaje fue esa en la que se le ve cubierto de tarántulas, pero estas no se movían, restando dramatismo a la toma. Para incitarlas hubo que introducir entre ellas una hembra. No es de extrañar que acabara siendo el Dr. Octopus… 
Alfred Molina escucha las instrucciones de Spielrberg
Satipo
Spielberg junto a un muñeco de un Satipo algo defuncionado
Satipo acaba malamente
Alfred Molina como Dr. Octopus. Debajo, Satipo y las arañas


En cuanto a la entrada del templo donde se encuentra ese ídolo que es intercambiado por un saquito de arena de similar peso (ahora ya sabemos que a Indy le falló el ojo clínico en este caso) y que es una especie de diosa de la fertilidad, se decoró con maleza que ya había sido utilizada por Lucas para los decorados del planeta Dagobah en El Imperio Contraataca. Respecto al ojo clínico fallido, hay que pensar que el arqueólogo quiere sustituir un ídolo que se supone de oro macizo por un saco lleno de arena. No hay que ser muy despierto para saber que, si bien un kilo de paja pesa lo mismo que un kilo de plomo, aquí el volumen del ídolo y de la bolsa de arena es similar. Y aún así, Indy vacía aún más la bolsa antes de dar el cambiazo… 
Una de las escenas más emblemáticas


Imágenes del rodaje
Diferentes versiones del ídolo de la fertilidad
Indy la lía. Debajo, la secuencia.

Ya desde el principio se nos presenta a Indy como a un personaje legendario. Su primera aparición es majestuosa, manteniéndole de espaldas hasta lograr dar el golpe de efecto adecuado. Pero no era la primera vez que se veía en la pantalla a un personaje ataviado de esa guisa. En 1954 un tal Jerry Hopper (que no es que haya pasado a la historia del cine) dirigió a Charlton Heston en una producción de título en español El secreto de los incas (Secret of the Incas). En esta película, Heston encarna a un romántico arqueólogo que, con sombrero fedora y cazadora de cuero igualitos a los heredados casi treinta años más tarde por Indiana Jones, pasa mil y una penalidades por las selvas y montañas habitadas antaño por el pueblo Inca, a fin de retornar a una tribu indígena un tesoro que unos malvados le habían sustraído. Según la leyenda, al ser retornado este tesoro, la tribu recobrará todo el esplendor que tuvo en el pasado. Y esto recuerda “ligeramente” a la segunda película de la saga de Indiana Jones… 

Charlton Heston en El Secreto de los Incas

De todas formas, al parecer el vestuario está basado en las ilustraciones que se le encargaron a Jim Steranko como concept art, así que igual Lucas no es tan culpable a fin de cuentas, o Steranko vió la película protagonizada por Heston algún sábado por la mañana. Volviendo al vestuario, la cazadora de Indy, originalmente nueva y reluciente, tuvo un departamento especial dedicado a envejecer y rasgarla según el estado de deterioro requerido en el rodaje, para lo que se utilizaron hasta 10 piezas de esta prenda. En cuanto al sombrero, tipo Fedora, se compró en una famosa tienda de Londres, Herbert Johnson, en Saville Row. Se trataba de un modelo australiano que según la diseñadora de vestuario, Deborah Nadoolman, se retorció una y otra vez para darle ese aspecto usado, y hasta ella y el mismo Harrison Ford estuvieron sentados encima como en un nido. El imprescindible látigo mide 10 pies de largo (poco mas de 3 metros), aunque se utilizaron algunas versiones más cortas, dependiendo de lo que requiriera la toma del día durante el rodaje. El látigo se vendió en subasta en la casa Christie de Londres en 1999 por 43000 dólares. El sombrero y la cazadora forman parte de la exposición del Smithsonian.

El vestuario de Indiana Jones al completo
Harrison Ford practica con el látigo


Varios Concept-Art de Jim Steranko
El fedora y la cazadora del catálogo del Smithsonian

Es notorio también el hecho de que Indiana Jones nunca pierda su sombrero, como un homenaje a las series clásicas de la década de 1940. En estos seriales, los sombreros de los héroes permanecían en la cabeza de los héroes  siempre sin importar lo que ocurriera. Esto era así para llevar más fácilmente  la continuidad, y porque se consideraba de mal gusto un caballero sin su sombrero en ciertas situaciones. Aunque fuera una película. Con el tiempo esto del sombrero imperdible se convirtió en una broma recurrente a lo largo de la serie. Indy, sin embargo, llega a perder su sombrero al menos una vez, tanto en Indiana Jones y el templo maldito (en la trampa de los pinchos y la sala que encoge, pero lo recupera a tiempo antes de que cerrase la enorme compuerta de piedra) y en Indiana Jones y la Última Cruzada (Tras la persecución de la tanqueta que se despeña, al terminar de escalar el abismo al que por poco cae, se lo devuelve el viento).

 
RECTORES, MONOS, MAPAS Y AVIONES

El actor británico Delholm Elliott interpreta a Marcus Brody, el director de la Universidad Marshall, en donde el Doctor Jones se dedica a enseñar como profesor de arqueología y se albergan las reliquias históricas rescatadas por Indiana. En la secuencia en que se entrevistan con dos tipos del servicio secreto hablando de las intenciones de Hitler para con el Arca, Marcus dice que “La Biblia habla del Arca moviendo montañas y enterrando regiones enteras. Un ejército que llevara el Arca con él, sería invencible.” En la biblia no hay ninguna mención a la frase que Marcus pronuncia.

Delholm Elliott es Marcus Brody
La ilustración del terror del Arca de la Alianza

Al principio de la película hay un traidor que es descubierto antes que Satipo. Se trata del guía llamado Barranca, que luego, tras escapar Jones de la piedra rodante y ser sorprendido por Belloq y los Hovitos, se desploma ante el arqueólogo acribillado por dardos clavados en su espalda. Estaba interpretado por el actor Vic Tablian, que aparece nuevamente en la película, con barba, vestiduras árabes y un parche en el ojo: el hombre del mono amaestrado. En cuanto a este animal, protagoniza uno de los gags más recordados de la película, cuando saluda a la manera nazi. Para rodar esta escena, que casi acaba con la paciencia de Spielberg, se necesitaron un gran número de tomas. En cuanto a cómo se logró que finalmente el mono levantara su bracito de esa manera, unas fuentes hablan de que se puso alimento para incitarle a cogerlo, (De hecho fueron unas declaraciones de Frank Marshall a la revista Empire, según la cual se colgó un grano de uva de una caña de pescar, poniéndola fuera del alcance del animal… y de la cámara, claro),  y otras de un hilo atado a la extremidad de modo que, al tirar de él, el simio realizara ese movimiento. En cuanto al sonido que emite parecido a un Seig Heil, está doblado por el actor de doblaje  y “artista de las voces” Frank Welker, que puso voz al resto de los “diálogos” del mono, y años más tarde dobló a Abu, el mono araña de Aladdin en la película de Disney.
Barranca
El hombre del mono con el mono. Debajo, la escena del saludo nazi


De este peludo actor, uno de los productores ejecutivos, el antes mencionado Frank Marshall, declaró que “terminé por odiar al mono. Era imposible trabajar con él, No me hizo caso en ningún momento.” El mismo productor interpreta el papel del piloto alemán en el Ala Voladora (el avión al lado del que se pelean Indy y el mecánico alemán enorme), ya que parecía lo suficientemente alemán para desempeñar ese papel, y eso que se ahorraron. 

Frank Marshall


Varias fotos del rodaje con el mono

Uno de los encantos de la película, recuperado de los filmes de aventuras de los años 30 y 40, es el ver la trayectoria que sigue el héroe en sus desplazamientos mediante fundidos de su medio de transporte con un mapa sobre el que se ve el viaje mediante una flecha que señala en itinerario. En este caso, por encantador que sea el recurso, hay algún que otro fallo. Por ejemplo, cerca de Egipto, en el trayecto que se inicia en Nepal, podemos ver que aparece Irán, que en 1936 se llamaba Persia, y Jordania, que hasta 1949 se llamó Transjordania. Igualmente, en el viaje de San Francisco hasta Nepal, la flechita pasa por Tailandia, que se llamó así a partir de 1939. En 1936 aún se llamaba Siam. Y antes de iniciar el viaje, en el globo terráqueo que se puede ver en el aula de la universidad donde imparte sus clases el Doctor Jones, hay varios países africanos que no existían como tales en esa fecha. Aparte de todo esto, para acabar de romper ese encanto que tanto me encanta, está el hecho de la autonomía de los aviones.  En el viaje de San Francisco a Nepal, Indy vuela a bordo de un Clipper Solent Mark III, cuya autonomía de vuelo era como máximo de unas 1800 millas. El avión hace escala en Honolulu, Wake Island y Manila antes de llegar a Nepal (seguramente a Katmandú). Estos tramos oscilan entre las 2300 y las 3000 millas. 

 De San Francisco a Nepal

 De Nepal a El Cairo
El globo terráqueo en el aula del doctor Jones


Antes de salir de Nepal, en “The Raven” el establecimiento que regenta Marion, podemos ver al personaje encendiendo un cigarrillo con un encendedor de gas. Aunque ya se habían inventado, no fue hasta la década de los 50 que se generalizó su uso, por lo que aunque no es un anacronismo, sí que es bastante dudoso que este elemento estuviera en poder de alguien con poco poder adquisitivo y en una región tan remota. Cuando Indy y Marion viajan desde Nepal a Egipto, superpuesto sobre el mapa con su ruta se ve el avión, un Douglas DC-3 (que está sacada esta escena del DC-3 sobre el Himalaya de la película de 1973 Lost Horizon).

Incendio en The Raven
El Douglas DC3
Marion observando el medallón del baculo de Ra
Fotografías del rodaje para la escena en The Raven
 Escena de Lost Horizons, donde podemos ver el DC3


El primer DC-3 voló el 17 de diciembre de 1935. El primer avión de este tipo fue entregado a American Airlines en 1936. La compañía aérea holandesa KLM Royal también recibió su primer DC-3 en ese año, y desde agosto de 1937, los utilizó en su ruta Amsterdam-Batavia (actual Yakarta)-Sydney, en sustitución de los anteriores aviones Fokker. La mayoría de los 300 a 400 fuselajes de DC-3 construidos antes de la Segunda Guerra Mundial volaron para American Airlines, Eastern, United y TWA dentro de los EE.UU, así que  hubiera sido muy difícil encontrar un vuelo en ese tipo de avión (o cualquier otro realmente)entre Nepal y Egipto en 1936. Aparte de esto, también tenemos aquí el problema de las escalas. El DC-3 tenía una autonomía máxima de 1000 millas, y el avión hace escala en Karachi y Bagdad antes de llagar a El Cairo. De Bagdad a El Cairo hay 800 millas, pero la distancia del resto de los trayectos es de 1200 y 1500 respectivamente. 
Exterior de The Raven
...que realmente es una pintura (Mate painting)



Para el Clipper Solent Mark III se construyeron maquetas y un modelo a escala real



TANIS Y EL POZO DE ALMAS; SERPIENTES Y ROBOTS 

 Para rodar la escena en la azotea de la casa de Sallah, ya en Egipto (en Túnez realmente en el rodaje), el equipo tuvo que retirar alrededor de 300 antenas de los tejados, ya que en 1936 no era un elemento demasiado habitual del paisaje urbano... Justo en 1936 se iniciaron las emisiones de televisión en Inglaterra, pero en Egipto no se iniciaron hasta 1960. La primera vez que los tunecinos pudieron ver la televisión fue en 1960 a raíz de los juegos Olímpicos de Roma. Mohamed Masmoudi, secretario de estado de la Información firmó un acuerdo con la RAI. Un repetidor provisional fue instalado para permitir la retransmisión a Túnez vía el Haouaria en Cap Born de imágenes italianas. Se instalaron un centenar de receptores de televisión en los locales del Neo-Destour y en algunos cafés. Esta experiencia debía ser provisional, pero el repetidor continuó funcionando y la RAI se podía seguir viendo. Las primeras emisiones experimentales de la televisión tunecina se producen a partir del 7 de enero de 1966. Emiten una hora en árabe y otra en francés. El 31 de mayo del mismo año es inaugurada oficialmente por el presidente Habib Bourguiba. Aún así, sobre el hombro de Harrison Ford cuando aparece en plano medio se puede apreciar una, eso sí, desenfocada (cosas de la profundidad de campo). 

Todo despejado de antenas
¿Todo? Justo a la derecha de la imagen... podría ser.


Hablando de Sallah, en principio se pensó para interpretar al personaje en Danny de Vito, que tuvo que rehusar el papel por estar comprometido con la serie de TV Taxi. El actor interpretaría el papel de Ralph en las dos películas con Michael Douglas y Kathleen Turner Tras el corazón verde y La Joya del Nilo, surgidas a la sombre del éxito de Indiana Jones. En su lugar, el actor elegido fue John Rhys-Davies, muchísimo más alto y corpulento, que años más tarde haría el papel de… un enano. Más concretamente el de Gimli en la saga de El Señor de Los Anillos.

Rhys Davis y Ford descojonaos
Fotos del rodaje con Sallah

Dos escenas con Sallah
Gimli
Para descubrir el lugar donde excavar en busca del Pozo de almas de Tanis, donde se encuentra oculta el Arca, Sallah e Indy disponen del medallón del doctor Ravenwood, a diferencia de los nazis, que tienen solo la impresión que el medallón al rojo deja sobre la mano de Toth. En el medallón se puede leer las medidas del bastón donde ha de insertarse el medallón, formándose así el báculo de Ra que, en la sala del mapa, dará la ubicación exacta del dichoso pozo. Así, los nazis disponen de un bastón de 72 pulgadas (182,88cm), correspondientes a los 6 kadams que el anverso del medallón fija como medida, pero en el reverso dice que hay que restar un kadam en honor al dios Hebreo, lo que deja el bastón con una longitud de 5 kadams, o sea, 60 pulgadas, o lo que es lo mismo 152,4 cm. Nos pongamos como nos pongamos, al bastón le sobran al menos de 30 a 40 cm (ya que no se si se cuenta la parte que se inserta en el agujerito de la sala del mapa) sobre la cabeza de Indiana Jones. Esto nos da como resultado, si las medidas del báculo de Ra son correctas, y en el mejor de los casos, que Indiana Jones mide 1,23m, y que la gente allá por 1936 era bastante bajita. 
El tipo árabe explicando lo que significan los símbolos del medallón. Debajo, la escena.
Aquí se aprecia que el bastón es mucho más alto que Indy

De todas formas, el hecho de que el medallón quedara impreso en la palma de Toth no hubiera dado a los nazis el lugar de la excavación aunque hubieran tenido ambos lados, ya que faltaba una de las partes esenciales para producir el reflejo: el ojo de Ra. Sin un cristal de las mismas dimensiones y características (material, tallaje y demás) es imposible que la luz se proyecte igual, lo que produciría  muchas inexactitudes en la localización.
Toth se abrasa con elmedallón


Los resultados
Sea como fuese, al final se descubre la ubicación del Pozo de Almas. Mientras los rayos de sol atraviesan el ojo de Ra engastado en el medallón que se incrusta en el bastón de marras, la cámara va siguiendo el reflejo que se mueve buscando el sitio mientras la música crece en intensidad hacia la apoteosis. En uno de los edificios de la maqueta de la sala del mapa se puede leer una pintada en alemán: "Nicht stören", que significa “No molestar”. 

La sala de mapas

No molestar



Fotos de la escena

Lo que sí que es cierto es que Tanis era famoso por el oro de sus tumbas y el lugar donde Shishak, el faraón que, según la Biblia, asaltó el templo de Salomón habría acumulado sus preciados tesoros. En el momento de aquellos saqueos, el Arca se guardaba en el templo de Salomón. Y El templo de Salomón en Jerusalen tenía una cámara que era llamada “Pozo de Almas”. Asimismo, los egipcios eran unos apasionados maquetistas, y se han encontrado varias que podrían recordar a la que se ven la Sala de Mapas.
 La escena dela sala de mapas



Para acortar el tiempo de rodaje, el mismo George Lucas rodó algunas escenas como director de la segunda unidad. Una de las escenas más características de la película, en la que Jones, Sallah y sus ayudantes están escavando el Pozo de Almas a la puesta de sol está rodada por Lucas. Y tanta excavación y persecución podrían haber sido evitadas siendo lógicos con la Historia. Y es que en 1936 Egipto no estaba bajo el dominio británico, pero tenían una importante presencia militar, principalmente para proteger el Canal de Suez. Hubiera sido imposible para las tropas alemanas el operar allí sin la autorización expresa del gobierno de Egipto o del mismo gobierno británico, ni obligar a los egipcios a trabajar en la  excavación. Por la misma razón, el gobierno de los EE.UU no tenía necesidad de enviar a Indy a buscar el Arca, pues podrían haber solicitado la colaboración de su madre patria para evitar que la reliquia cayera en poder de Hitler. Claro que, entonces, nos habríamos quedado sin película, o se habría acabado antes de empezar.
La excavación a la puesta de sol



Todo el tinglado montado por los nazis

Y lo que ahora termina es el año 2011. Continuará en el 2012. Hasta entonces!!!