Historias del Frikismo; Ranking personalizado de los Robots en el Cine: El Robot de las Estrellas


Corría el año 1978 cuando fui estafado por primera vez. Aprovechando las carencias que me había producido la retirada de la que para mí era la mejor serie del mundo y de todos los tiempos por entonces, Mazinger Z, y sin hallar consuelo en las recreaciones de episodios que hacía con otros compañeros de colegio en el patio de las Escuelas Pías de Aluche ni en la colección de cromos “casi” completa de los yogures Danone, un astuto distribuidor se forró. Cuando hablo de mi hablo también de un montón de niños.
La ausencia de información jugó esta vez en mi contra. Al estreno de la estafa acudieron casi 700000 personas, y yo no estaba entre ellos. A mí me hicieron picar más tarde. Y es que cierto domingo, al pasar por la parroquia que acogía a mi colegio, o viceversa, que yo de eso no se, mi corazón se detuvo y mi mundo se concentró en un solo objetivo: El conseguir el dinero para acudir a la proyección que iba a tener lugar aquella tarde en el cine parroquial. Lo malo del asunto es que mi asignación del fin de semana habíase visto mermada por la adquisición de una indeterminada cantidad de chuches y de un ejemplar de la revista Mortadelo (fruto del ahorro de no gastarlo todo en chuches durante al menos tres semanas). Y cuando digo mermada, quiero decir finiquitada.
Triste consuelo era el que una sola asignación semanal no hubiera sido suficiente para asistir a la proyección. Tenía ante mí una ocasión única y no pensaba desaprovecharla no por todo el oro del mundo. Así que, inconsciente de que todo el oro del mundo hubiera bastado para comprar la parroquia, la película y la productora y fundar una cadena de televisión que hubiera podido completar la emisión de la serie original de Go Nagai, entre otras muchas cosas imprescindibles, acudí a la única fuente de ingresos que tenía a mi disposición, ensayando por el camino los ojos de Bambi más impresionantes que pudiera obtener, asó como el discurso más conmovedor desde que el Doctor Martin Luther King tuviera un sueño.
Y no costó demasiado. A las 18 horas de aquel domingo, y acompañado de un amigo y vecino que también gustaba de las aventuras del gran mecha, accedí al recinto donde, por fin, mi sueño se iba a cumplir. Iba a ver a Mazinger Z en imagen real…
Ninguno de los fotocromos que anunciaban aquella proyección me sirvió de pista para lo que vi a continuación, consternado y con ganas de morir.
Y es que entonces ignoraba la existencia de una serie de televisión japonesa emitida en su país de origen entre 1974 y 1975 (26 episodios) y dirigida por Koichi Takano que se titulaba Suupa Robotto Mach Baronu (Super robot Mach Baron), lo que hubiera explicado las iniciales que aparecían en el cinturón del que resultó ser Mazinger y que yo tomé por otro bruto mecánico de los que iban a luchar contra mi héroe. La ausencia de Mazinger sólo provocó un pensamiento en mi mente inocente antes de entrar en el cine: Seguro que no lo ponen para darnos una sorpresa…
El prota de joven con su mami

El profe y los guardaespaldas de acero, incluído el tío Luismi a la izquierda

Esto es un infierno

Dos Playmobil atizándose

El video ¡Beta!
También ignoraba que aquel engendro era una producción taiwanesa basada en la serie de Takano en la que se aprovechaba metraje de la original, concretamente las escenas con robots gigantes y maquetas de las bases. El director de la aberración era Chang Ying, el reparto era chino y los nombres de los personajes pasaban también a ser chinos menos dos de ellos, de los que se dice que son coreanos. Se distribuyó como The Iron Man, The Iron Superman, Roboter der Sterne, etc. según los países. Menos aquí, que le tuvieron que poner el anzuelo ese… Además, la serie Suupa Robotto Mach Baronu era la segunda parte de otra de 1973, de 39 episodios, titulada Suupa Roboto Redo Baronu.
El autor del engaño fue Gofer Films, el distribuidor local,  para el que las similitudes del argumento del Mach Baron con Mazinger Z no pasaron desapercibidas -huérfano que pilota un robot gigante, villano despeinado que envía brutos mecánicos, puños fuera, etc.- por lo que sin ningún escrúpulo decidió estrenarla con el título de la serie animada sumándole el subtítulo«El robot de las estrellas».
Atónito y desesperado, descubría en la oscuridad del patio de butacas que no existía Koji Kabuto, sino Tinyu, y el profesor Yumi se llamaba Doctor Lu. Sayaka no era hija de Yumi, y se llamaba Lin Hai Wen, y Kyo no era hermano de Koji, sino de Sayaka. El único que estaba era el Doctor Infierno. Pero en la película en versión original era el único que no conservó el nombre, pues en ella era El Gran Coordinador. El pérfido distribuidor se cuidó mucho de cubrir todos los recovecos legales, maldito sea. ¿Todos? Pues la música que se embutía en la, llamémosla película, era la original de la serie, como queriendo restregarnos por las narices el timo del que estábamos siendo objeto.
No había ni rastro del conde Broken ni del barón Ashler (o Ashura, para los afortunados amigos sudamericanos que si pudieron ver la serie de dibujos íntegra, y que era su nombre original). En su lugar aparecían dos personajes absurdos con unas grandes cicatrices tipo monstruo de Frankenstein de pacotilla cruzándoles la cara.
Y los Máscaras de Hierro eran unos ridículos jugadores de fútbol americano con camisetas con el logo del Doctor infierno. (En una escena demencial, una multitud de esbirros ataviados de esa guisa se acercan a la émula de Sayaka para decirle que si quiere volver a ver con vida al émulo de Kyo ha de ir sola al Valle de la Muerte. Una vez en el Valle de la Muerte, es atrapada por los esbirros…esta vez en un número asombrosamente inferior. ¿Querrían ahorrarse el billete de Metro?).

Los comunicadores que llevaban los protagonistas, que se autodenominaban los “Guardaespaldas de Acero” eran relojes marca Orient. Los actores coreanos o taiwaneses aparecían siempre en decorados inverosímiles, como el interior de la base que era de cartón piedra con aquellos desatinados sillones con forma de mano haciendo la señal de la victoria, así como era su lema “Venceremos” haciendo el mismo gesto. Tan pronto estaban en el campo como en un páramo de los suburbios, y el protagonista, Tenyu, cambiada su atuendo de cazadora y pantalones vaqueros por el del chillón uniforme de los guardaespaldas de acero (Rojo y Verde!) sin solución de continuidad. El inspector Yang, un personaje sin explicación ni excusa, pilotando una estúpida motocicleta que volaba mediante un globo, y sus armas, un tubo hueco del que tan pronto brotaba un rayo mortal como una salva de bombas… Por no mencionar los decorados de cartón piedra, los muñecos de plástico los efectos de sonido chirriantes, como los de las peleas, mal coreografiadas y en que los golpes sonaban igual que en las de Bud Spencer y Terence Hill.
El "héroe"

Los protas y los sillones psicotrónicos

Todo un clasico...



Cambios en el reparto para la peli...

Infierno y sus lacayos

El japonés y su émulo taiwanés



Las escenas variando de la serie a la peli... o refrito
Y ese Mazinger “colorao”, esas piruetas que daba, esa cabeza que giraba enloquecida como una niña de El exorcista megaposeída cada vez que quería cambiar de arma, esos efectos de imagen que parecían una pesadilla causada por el uso de algún psicotrópico…

Y la cosa es que al final, hasta nos acostumbramos a la existencia de aquella aberración. La Editorial Valenciana, alarmada ante el bajón de ventas de Pumby, su personaje estrella, encargó al mismo dibujante, José Sanchís Grau, la realización en cómic de una adaptación de la infamia, con guiones de Federico Amorós, que duró 12 números. Luego, ya en solitario, Sanchís abordó la creación de historias inéditas, con el título de Nuevas aventuras de Mazinger-Z, el robot de las estrellas, durante al menos 30 números más.Por parte de los malos, los de El Imperio Robot, el Dr. Infierno sigue llamándose Dr. Infierno, mientras que Ciberman (uno de los de las aparatosas cicatrices) viene a ser una especie de Barón Ashler, y el Barón Von Bruck es un remedo del Conde Brocken, con monóculo incluido.

El Mazinger Z de esta serie está construido con Tanium, que viene a ser una Aleación Z de pacotilla. Lleva escrito su nombre en la cintura, a modo de matrícula sustitullendo las MB del de la película,  y puede desplazarse por el aire con el ayuda de unas pequeñas alas que le salen de la espalda. Su arsenal de armas no tiene nada que envidiar al de su homónimo: Puño Volante de Plutonio, Hoja de la Muerte, Cañón Lanzallamas, Misiles Tierra-Aire, Cohetes Neutrónicos, Rayos de la Muerte...

En el manga, los rasgados ojos orientales se ensanchan. Sanchís les hace justicia

Y si el Mazinger Z original tenía una compañera, el Robot de las Estrellas no iba a ser menos: El robot de rasgos femeninos Adriana-D, pilotado por Lin, también ayudaba en las batallas que se libraban contra las fuerzas del mal. Y por si no hubiese bastante con estos dos aún nos queda un tercero: Rodas II que portaba un enorme espadón y disparaba rayos con un escudo solar. La vida de Tin Yu, el equivalente de Koji Kabuto, daría un giro al descubrir que sus padres habían sobrevivido al naufragio donde los perdió en su infancia. También se vendió merchandising e incluso fotonovelas de la película. Así que al final, el que acabamos llamando Mazinger Rojo pasó a nuestro imaginario colectivo de la infancia.





Más historietas del Mazinger Rojo por Sanchís, el bueno.

El "sutil" cambio de matrícula de Sanchís
Merchandising


La fotonovela

La banda sonora

Otro disco. Si lo encontrais, parece ser que supera los 1000€ su cotización!
Para los entusiastas de los voceros, la película se dobló en los estudios madrileños de Sincronía, con un gran reparto encabezado por Antonio García Moral (Yang Tien Yu), Elena de Maeztu (Lin Hai Wen), Roberto Cuenca Martínez (Inspector Yang), Luis Porcar(Profesor Lu), Juan Antonio Gálvez (Padre de Tien Yu) y Luis Carrillo como el Dr. Infierno.
Salí del cine repitiéndome a mí mismo que la próxima vez no me iban a pillar. Y supongo que así ha sido. No me han vuelto a pillar en esa, pero si en muchas otras.
Maldito frikismo el mío.

Director; Chang Ying
Título original; Sûpâ robotto Maha Baronu
Guión; Susumu Takahisa
Música; Shunsuke Kikuchi y extractos del Mazinger Z Original
Fotografía; -- Vaya usted a saber
Productor; Yoshiyuki Hane
País; China- Taiwan
Intérpretes; Jamie Luk, Maggie Lee, Paul Chun  y un montón de P.S.
Argumento en Filmaffinity: Esta película no está relacionada con los personajes creados por Gô Nagai, sino con una serie de televisión de imagen real titulada Super Robot Mach Baron (1974-75) de nacionalidad japonesa. Los productores taiwaneses de The Iron Superman compraron los derechos de la serie nipona para hacer un remontaje con destino a su exhibición cinematográfica. El remontaje tomaba escenas de los robots en combate, así como las de los actores protagonistas en tomas generales, y añadía a los actores taiwaneses ataviados como los japoneses en la serie cuando éstos eran identificables. Aunque la película sigue más o menos fielmente la trama original de varios episodios de la serie, algunos datos irrelevantes, especialmente los nombres de los personajes, fueron cambiados

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